De la reforma militar a la construcción del Estado: el ejército peruano en la transición de los siglos XIX y XX

Resumen

El presente artículo busca dar cuenta del funcionamiento del Ejército peruano en el siglo XIX y sus transformaciones operadas en el tránsito a la siguiente centuria. El argumento central plantea que, en el ambiente cíclico de inestabilidad política y guerras civiles decimonónicas por las que dirimía el acceso al poder, un conjunto de atribuciones, poderes y capacidades relacionadas con la administración y ejercicio de la violencia, como el nombramiento de oficiales, la justicia castrense y la conscripción --aunque consideradas formalmente castrenses--fueron apropiadas y practicadas por diversos actores sociales (notables locales, jefes
militares o comunidades indígenas) en favor de agendas propias que se expresaban y buscaban satisfacción en las guerras civiles. El resultado de la incapacidad de monopolizar estas competencias en el Ejército fue la constante erosión de la autoridad del Estado en el siglo XIX y las condiciones para el surgimiento de nuevas guerras civiles. Esta dinámica se canceló con la reforma militar emprendida por el gobierno de Nicolás de Piérola a fines del siglo, por la cual no solo se
logró profesionalizar el cuerpo de oficiales, sino también incorporar estas atribuciones en una institución castrense burocratizada. La reforma, al tanto que restó capacidades a los referidos actores para aplicar privadamente la violencia, permitió al Estado peruano del siglo XX ejercer de manera asimétrica su autoridad sobre la sociedad, inhibiendo en adelante el recurso a las guerras civiles para acceder al poder.