Pablo Gerchunoff, y Llach, Lucas. El ciclo de la ilusión y el desencanto. Políticas económicas argentinas de 1880 a nuestros días. Buenos Aires: Crítica, 2018, 613 pp.

 

Por  Ignacio Rossi

Universidad Nacional de Luján

Universidad Nacional de General Sarmiento

Provincia de Buenos Aires

Argentina

 

PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,

Año 12, N° 24, pp. 162-164

Julio- Diciembre de 2019

ISSN 1853-7723

 

 

En esta edición corregida y aumentada del libro aparecido por primera vez en 1998, los autores extienden su análisis historiográfico de la política económica hasta el año 2015. Con una mirada en un siglo XX largo y partiendo de la consolidación del Estado nacional, los historiadores proponen una narrativa que destaque los contextos, la información, los incentivos, los límites y las restricciones de los actores en cada coyuntura histórica.

En 1880 las elites compartían la idea de un progreso basado en la incorporación de la república a la expansión mundial como exportadora de alimentos e importadora de capitales y trabajo. Este modelo fue fomentado por los gobiernos mediante un “liberalismo pragmático”, hasta que la Primera Guerra y su correlato en la interrupción de liquidez financiera y aumentos en las tasas inglesas lo desestabilizaron. El cierre natural de la economía provocó una primera etapa de industrialización y, posteriormente, el fin del modelo en 1929. Luego, un clima ideológico antidemocrático y la sensación de crisis económica trajeron un ciclo de inestabilidad política. La crisis comercial y de capitales azotaron a una nación muy integrada al comercio mundial y endeudada en el extranjero. El nacimiento del control de cambios inició una escalada proteccionista y la discusión sobre una nueva estrategia de desarrollo que, de la mano del impulso estatal, reemplazaría a los cereales y al ferrocarril en la arquitectura económica.

La Segunda Guerra desató una crisis en el comercio internacional y un ciclo de industrialización sustitutiva en América Latina. El campo, como motor del crecimiento, perdía lugar frente a un industrialismo nacional. Pero la alianza peronista entre sindicatos, iglesias y militares se resquebrajó ante los problemas comerciales y la naciente inflación, inaugurando una etapa en la que el peronismo arremetería contra sus principios: apertura al capital extranjero, austeridad y vuelta al campo. Sin embargo, la crisis política no permitió gobernar la economía en 1955.

En los 60 la CEPAL ofreció el bagaje teórico para una política económica latinoamericana, sustentada en la idea del desarrollo con capital extranjero de manufacturas como principal rubro de exportación. La iniciativa dirigida a sectores como petróleo, gas, rutas, automóviles, etc., a pesar del notable éxito, coexistió con el déficit público y comercial, el drenaje de reservas y la inflación. Con una economía caracterizada por la recesión y un pululante tutelaje militar, la estrategia de vuelta al campo no pudo evitar el golpe de 1966.

Con el fin de la proscripción volvió un peronismo que dedicó buena parte de sus energías a la lucha antiinflacionaria y, a pesar de sus éxitos iniciales, no resistió el shock petrolero de 1973. Una crisis económica y política inauguró una nueva etapa dictatorial en 1976. Las reformas implementadas dieron impulso a una valorización financiera que consolidó nuevos actores económicos y nuevos problemas: fuga de capitales, déficits comerciales y fiscales, inflación y deuda externa. La apertura democrática de 1983 coincidió con la crisis de la deuda latinoamericana y la ausencia de un plan global para resolverla en todo el periodo a pesar de los sucesivos intentos de estabilización.

El ciclo neoliberal en los 90 fue presentado como una plataforma viable para implementar un plan global que solucionara la crisis económica y la hiperinflación de 1989. La visión de un Estado ineficiente, aunque inexacta, ayudó a diseñar una economía más abierta en línea con la globalización. Una exitosa ley de convertibilidad con privatizaciones y la reforma del Estado acabaron con la inflación y repuntaron la productividad hasta el desplome del modelo en 2001. El surgimiento de los Kirchner coincidió con la etapa de crecimiento “a tasas chinas”, sostenida en altos precios de las commodities. La salida del default y la reestructuración de la deuda fueron los hitos económicos del kirchnerismo, con la contracara de una amenazante inflación que marcó el ritmo de una lucha política que llegó a lo más alto en 2008. El conflicto con el campo desató un movimiento social que puso en crisis el liderazgo presidencial en un contexto de recesión mundial. Los desequilibrios fiscales, externos y de precios relativos acumulados anunciaron la ineficacia del objetivo cortoplacista de llegar a las elecciones ante la coalición Cambiemos.

Creemos que la lectura de este libro se torna imprescindible por su experticia histórica, tanto más por la construcción de un largo relato historiográfico que no sólo analiza la política económica, sino los diferentes ciclos políticos y sociales que se relacionan con ella. Sin dudas la reedición de este libro se torna necesaria, en un momento en que el ciclo económico aún está por escribirse.