Pablo Gerchunoff, y
Llach, Lucas. El ciclo de la ilusión y el desencanto. Políticas económicas
argentinas de 1880 a nuestros días. Buenos Aires: Crítica, 2018, 613 pp.
Universidad
Nacional de Luján
Universidad
Nacional de General Sarmiento
Provincia de
Buenos Aires
Argentina
ISSN 1853-7723
En esta edición corregida y aumentada del libro
aparecido por primera vez en 1998, los autores extienden su análisis
historiográfico de la política económica hasta el año 2015. Con una mirada en
un siglo XX largo y partiendo de la consolidación del Estado nacional, los
historiadores proponen una narrativa que destaque los contextos, la
información, los incentivos, los límites y las restricciones de los actores en
cada coyuntura histórica.
En 1880 las elites compartían la idea de un
progreso basado en la incorporación de la república a la expansión mundial como
exportadora de alimentos e importadora de capitales y trabajo. Este modelo fue
fomentado por los gobiernos mediante un “liberalismo pragmático”, hasta que la
Primera Guerra y su correlato en la interrupción de liquidez financiera y
aumentos en las tasas inglesas lo desestabilizaron. El cierre natural de la
economía provocó una primera etapa de industrialización y, posteriormente, el
fin del modelo en 1929. Luego, un clima ideológico antidemocrático y la
sensación de crisis económica trajeron un ciclo de inestabilidad política. La
crisis comercial y de capitales azotaron a una nación muy integrada al comercio
mundial y endeudada en el extranjero. El nacimiento del control de cambios
inició una escalada proteccionista y la discusión sobre una nueva estrategia de
desarrollo que, de la mano del impulso estatal, reemplazaría a los cereales y
al ferrocarril en la arquitectura económica.
La Segunda Guerra desató una crisis en el comercio
internacional y un ciclo de industrialización sustitutiva en América Latina. El
campo, como motor del crecimiento, perdía lugar frente a un industrialismo
nacional. Pero la alianza peronista entre sindicatos, iglesias y militares se
resquebrajó ante los problemas comerciales y la naciente inflación, inaugurando
una etapa en la que el peronismo arremetería contra sus principios: apertura al
capital extranjero, austeridad y vuelta al campo. Sin embargo, la crisis
política no permitió gobernar la economía en 1955.
En los 60 la CEPAL ofreció el bagaje teórico para
una política económica latinoamericana, sustentada en la idea del desarrollo
con capital extranjero de manufacturas como principal rubro de exportación. La
iniciativa dirigida a sectores como petróleo, gas, rutas, automóviles, etc., a
pesar del notable éxito, coexistió con el déficit público y comercial, el
drenaje de reservas y la inflación. Con una economía caracterizada por la
recesión y un pululante tutelaje militar, la estrategia de vuelta al campo no
pudo evitar el golpe de 1966.
Con el fin de la proscripción volvió un peronismo
que dedicó buena parte de sus energías a la lucha antiinflacionaria y, a pesar
de sus éxitos iniciales, no resistió el shock petrolero de 1973. Una crisis
económica y política inauguró una nueva etapa dictatorial en 1976. Las reformas
implementadas dieron impulso a una valorización financiera que consolidó nuevos
actores económicos y nuevos problemas: fuga de capitales, déficits comerciales
y fiscales, inflación y deuda externa. La apertura democrática de 1983
coincidió con la crisis de la deuda latinoamericana y la ausencia de un plan
global para resolverla en todo el periodo a pesar de los sucesivos intentos de
estabilización.
El ciclo neoliberal en los 90 fue presentado como
una plataforma viable para implementar un plan global que solucionara la crisis
económica y la hiperinflación de 1989. La visión de un Estado ineficiente,
aunque inexacta, ayudó a diseñar una economía más abierta en línea con la
globalización. Una exitosa ley de convertibilidad con privatizaciones y la
reforma del Estado acabaron con la inflación y repuntaron la productividad
hasta el desplome del modelo en 2001. El surgimiento de los Kirchner coincidió
con la etapa de crecimiento “a tasas chinas”, sostenida en altos precios de las
commodities. La salida del default y la reestructuración de la deuda fueron los
hitos económicos del kirchnerismo, con la contracara de una amenazante
inflación que marcó el ritmo de una lucha política que llegó a lo más alto en
2008. El conflicto con el campo desató un movimiento social que puso en crisis
el liderazgo presidencial en un contexto de recesión mundial. Los
desequilibrios fiscales, externos y de precios relativos acumulados anunciaron
la ineficacia del objetivo cortoplacista de llegar a las elecciones ante la
coalición Cambiemos.
Creemos que la lectura de este libro se torna
imprescindible por su experticia histórica, tanto más por la construcción de un
largo relato historiográfico que no sólo analiza la política económica, sino
los diferentes ciclos políticos y sociales que se relacionan con ella. Sin
dudas la reedición de este libro se torna necesaria, en un momento en que el
ciclo económico aún está por escribirse.