LA CONFORMACIÓN DE LA CARA EXTERNA DE LA SOBERANÍA DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS. UN ANÁLISIS DE LA ATRIBUCIÓN DE RELACIONES EXTERIORES, ENTRE LOS CONGRESOS CONSTITUYENTES DE LAS DÉCADAS DE 1820 Y 1850
TESIS DE DOCTORADO EN HISTORIA. UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA – FACULTAD DE HUMANIDADES, 2023. DIRECTORA: VALENTINA AYROLO, CO-DIRECTORA: ANA LAURA LANTERI
Por Mariano Kloster
Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata, Argentina
PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 17, N° 34, pp. 142-146
Julio- Diciembre de 2024
ISSN 1853-7723
La tesis analiza la construcción de la cara externa de la soberanía de las Provincias Argentinas entre las décadas de 1820 y 1850, tomando como referencias tanto el despliegue diplomático en el exterior, así como la vinculación entre ellas.
Para 1831 las Provincias formadas a comienzos de la década de 1820 conformaron una estructura confederal que se sostuvo hasta 1852, por la cual delegaron el manejo de las relaciones exteriores, paz y guerra en el gobierno de Buenos Aires. Hasta el momento, el manejo de los asuntos de las Provincias Argentinas con el resto del mundo fue un tópico que no había sido explorado de manera sistemática por la renovación historiográfica. En este sentido, en nuestro trabajo nos propusimos responder a un interrogante central: ¿cómo funcionaron con relación al manejo de las relaciones exteriores, siendo que eran entidades soberanas?
Esta pregunta se vio enriquecida con lecturas realizadas durante los primeros años del proyecto. Particularmente, una propuesta que realizó el politólogo italiano Norberto Bobbio (2010), quien indicó que la soberanía se conforma por dos caras: una que mira al interior del estado y otra que mira al exterior. Entonces, el proceso de construcción política se produce tomando en cuenta que hay “otro” externo frente al cual un “nosotros” buscará diferenciarse. Nos propusimos historizar este postulado, considerando lo acontecido en las Provincias Argentinas durante la primera mitad del siglo XIX, teniendo en cuenta su estructura vincular.
Nuestra hipótesis propuso que la tramitación de los asuntos externos de las Provincias fue importante para la consolidación del vínculo entre ellas y que probablemente impactó en la construcción de la unidad estatal a partir de 1852. De este supuesto emergía la necesidad de analizar el manejo de lo externo y por ello lo diplomático pasó a ser una dimensión clave de nuestro trabajo. Entonces, por medio del estudio de la gestión de lo exterior, buscamos visualizar los fenómenos de construcción de la cara externa e interna de la soberanía de los Estados Provinciales.
El recorte temporal quedó limitado por los preparativos de la reunión constituyente de la década de 1820 y los arreglos de cara al también congreso de 1853. Comenzamos nuestro análisis en 1824, cuando se organizó y comenzó a sesionar el congreso constituyente de Provincias Argentinas, en Buenos Aires. En este momento, según Valentina Ayrolo (2016), finalizó la indefinición de los espacios provinciales, que allí cobraron sentido. Además, en enero de 1825 los constituyentes sancionaron la Ley Fundamental, cuyo artículo séptimo indicaba la delegación del manejo de lo externo de manera provisoria en la Provincia de Buenos Aires. Nuestro análisis finalizó en el año 1852, con la observación de algunos de los sucesos preparatorios de la convención constituyente que sesionaría a partir del año subsiguiente en la ciudad de Santa Fe. Específicamente atendimos al Acuerdo de San Nicolás, cuando los representantes provinciales delegaron en la figura del encargado de relaciones exteriores, corporizado por Justo José de Urquiza, una serie de funciones ejecutivas entre las que se encontraba el manejo de lo externo.
La tesis se organiza en tres partes de dos capítulos cada una. El hilo argumental propone recorrer las “caras” de la soberanía trazando un camino que inicia en la interna –a la que corresponde la primera parte de la tesis- y se concentra luego en los actores, escenarios y dinámicas de la cara externa.
La primera parte aborda, así, la tramitación interna de las relaciones exteriores. La observación de las dinámicas interprovinciales permitió visualizar claves del accionar frente al exterior. En el primer capítulo observamos los elementos que dan cuenta de las intenciones de las Provincias de unirse frente a lo externo. De esta manera, estudiamos algunos corpus legales disponibles que se discutieron e instituyeron en esas coyunturas de unión: la mencionada Ley Fundamental, el Pacto Federal y la actividad de la Comisión Representativa a comienzos de la década de 1830, así como el Protocolo de Palermo y el Acuerdo de San Nicolás, en el escenario post-Caseros. En la segunda sección del capítulo atendemos a la trayectoria y actividad de Eduardo Lahitte como diplomático, quien residió en Córdoba durante varios años. La elección de esta figura se explica por el rol clave del diplomático como articulador de la política externa que acordaban las Provincias.
El capítulo II atiende los desafíos a la unión entre las Provincias de cara a lo externo. Por un lado, el desarrollo de los debates en el seno de la Convención Nacional que funcionó entre 1828 y 1829. En segundo lugar, examinamos los pronunciamientos que varios Estados Provinciales realizaron el 1840, con la intención de retirar el manejo de las relaciones exteriores del gobierno de Buenos Aires. Buscamos así focalizar en el rol activo que tenían las Provincias en torno a la tramitación y decisión de lo externo.
El resto de la tesis aborda la construcción de la cara exterior de la soberanía y se organiza en dos partes. La primera describe un escenario general, considerando distintas dimensiones de la diplomacia externa entre 1825 y 1852. Buscamos dar cuenta de los diferentes rostros y experiencias de la actividad. También estudiamos los cruces entre ésta y otras funciones, indagando en los indicios de profesionalización del oficio y los vínculos con la actividad no diplomática. Así, en el capítulo III analizamos el encuadre general y los momentos de mayor intensificación de lo diplomático. Observamos entonces lo estipulado en la Ley Diplomática (1826) y examinamos las prácticas concretas, focalizando en algunos aspectos de la escritura -como la correspondencia o el registro diplomático- y en el vestuario. Asimismo, en base al recuento de misiones que las Provincias diseñaron en el extranjero en el período de estudio, esbozamos cartografías diplomáticas basadas en los momentos de incremento de la actividad externa.
El capítulo IV explora las trayectorias de los hombres que corporizaron la diplomacia, tanto formal como informal. Efectuamos un estudio del personal entre 1825 y 1853, observando el origen, la formación, la trayectoria diplomática y no diplomática y los vínculos familiares. Por último, focalizamos en el recorrido de Francisco Beláustegui, quien se destacó como referente no oficial de la política externa de las Provincias.
La tercera parte de tesis aborda la especificidad de ciertos puntos que proponemos denominar “pilares”, ya que fueron los cimientos de gran parte de lo que se establecía de cara a lo externo. En este sentido, intentamos poner en relieve distintas dinámicas y escenarios de la actividad diplomática.
Esta parte se subdivide bajo un criterio geográfico. Es por eso que el capítulo V aborda las representaciones más relevantes en América, en Estados Unidos y el Imperio Brasilero. La presencia en Washington se hizo permanente desde la segunda mitad de la década de 1830 liderada por Carlos María de Alvear y revela los episodios de construcción de la política externa a través de diversos intercambios y reuniones. A continuación, mostramos la evolución de la representación diplomática con el Imperio Brasilero, la que se convirtió en sostenida desde 1838. Allí se estudian las acciones de Manuel de Sarratea y su reemplazo en 1840 por Tomás Guido.
El sexto capítulo focaliza en la actividad de las Provincias Unidas en Europa, destacando allí Inglaterra y Francia. En cuanto a la primera, se describen las diferentes legaciones que existieron en Londres desde finales de la década de 1820. En ese contexto, se focaliza en la labor de Manuel Moreno como ministro plenipotenciario hasta fines de la década de 1840. A continuación, se estudia el vínculo con Francia y la instalación de una representación luego de resuelto el bloqueo francés. Finalmente, la última parte de este capítulo recupera algunos aspectos y acciones de la diplomacia argentina en Europa en torno a la ocupación de las Islas Malvinas por parte de Gran Bretaña.
A lo largo de la tesis se describen así dos procesos interconectados: por un lado, el manejo de lo externo a través de lo diplomático, en un período en el que recién se establecía el reconocimiento de las Provincias Argentinas y, por otro, la tramitación de lo interno (o interprovincial) por medio de la conducción de las relaciones exteriores. Indudablemente, estos dos fenómenos impactaron en el escenario pos-rosista, cuando la constitución nacional comenzó a reglar la naturaleza de los vínculos entre las provincias y el Estado Federal.
Referencias:
Ayrolo, Valentina (2016). Hacia la construcción de las Provincias: los casos de Córdoba y La Rioja, 1815-1824. Revista de Historia del Derecho, 52, pp. 1-30.
Bobbio, Norberto (2010). Estado, Gobierno y Sociedad. México D.F., Fondo de Cultura Económica.