Fernando Manuel Suárez, Un nuevo partido para el viejo socialismo: El Partido Socialista Popular. Orígenes, organización y tradiciones políticas (1972-1982). La Plata: Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Posadas: Universidad Nacional de Misiones; Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento, 2021, 268 PP.
Por Ricardo Martínez Mazzola
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad Nacional de San Martín
Universidad de Buenos Aires
PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 17, N° 33, pp. 180-182
Enero- Junio de 2024
ISSN 1853-7723
A comienzos de los años de 1970, la dispersión del viejo socialismo argentino había alcanzado su punto máximo. El proceso de rupturas iniciado en 1958 había producido una miríada de partidos sin relevancia en el escenario político. En cambio, hacia la primera década del nuevo milenio, un Partido Socialista (PS) gobernaba por primera vez una provincia argentina y lideraba una coalición que ocupaba el segundo lugar en elecciones presidenciales. ¿Cómo se había dado esa recuperación?¿Se trataba de una resurrección del viejo PS o de un animal nuevo que portaba el viejo nombre? Este libro busca responder a esos integrantes, abordando los primeros pasos del Partido Socialista Popular (PSP), que a pesar de constituir el núcleo de reunificación del PS y ser su conducción al día de hoy, ha recibido escasa atención por parte de la historiografía y las ciencias sociales.
El primer capítulo, a pesar de centrarse en la historiografía sobre el PS, no propone solo un estado de la cuestión, sino que da cuenta de tres querellas sobre la larga historia del PS- los orígenes partidarios, la relación con el yrigoyenismo y el peronismo y el proceso de rupturas de los años de 1950 y 1960- que, al ser asumidas por los propios actores del PSP, informaron sus intervenciones sobre la tradición socialista. El segundo capítulo plantea una reconstrucción del proceso de constitución del PSP por parte de cuatro grupos: un núcleo del Partido Socialista Argentino (PSA), encabezado por su último Secretario General Víctor García Costa; el Movimiento de Acción Popular Argentino (MAPA), resultado de la expansión del Movimiento Nacional Reformista (MNR), un núcleo estudiantil reformista encabezado por Guillermo Estévez Boero; y dos núcleos más pequeños, el Grupo Evolución y Militancia Popular. Suárez señala que tensiones entre ellos pronto dieron lugar a rupturas, la más importante resultó del avance del grupo proveniente del MAPA y produjo la división en dos PSP, uno encabezado por García Costa, el otro por Estévez Boero. Éste conservó la mayor parte de la militancia y en 1983 obtuvo el monopolio del nombre. Luego de los caóticos años iniciales, sostiene Suárez, en 1974 surge un nuevo partido, más homogéneo y con pocos vínculos con el viejo PS. Los siguientes capítulos analizan los rasgos de este “nuevo partido para el viejo socialismo”.
El tercero examina una dimensión de esa novedad: el modelo organizativo. El PSP adopta los principios del centralismo democrático, un formato que representaba una profunda ruptura con la organización territorial del viejo PS. Apoyándose en documentos partidarios y en testimonios de viejos militantes, Suárez señala la existencia de una estructura paralela que superponía a la vieja organización territorial, otra de los miembros activos en “frentes de masas”, coordinados en forma centralizada desde la dirección. Con una perspectiva de sociología política, subraya cómo el dispositivo centralista democrático produjo y distribuyó incentivos selectivos hacia la militancia, favoreciendo la consolidación del partido. Por otra parte, dicho dispositivo, sumado a las condiciones políticas autoritarias, contribuyó a darle al PSP los rasgos de una “secta política”, acentuados por la devoción hacia Guillermo Estévez Boero, líder político e intelectual del PSP y articulador de los materiales heterogéneos de su doctrina.
Suárez analiza esa articulación doctrinaria en el capítulo cuatro, señalando que la decisión política del núcleo dirigente del MAPA de converger en una organización afincada en la tradición socialista argentina constituyó la principal diferencia entre el MAPA y las agrupaciones de la “nueva izquierda”. En un aporte a la sociología de las identidades políticas, argumenta que los criterios de distinción del PSP no se fundaban en una gran oposición que establecería una frontera única, sino en la articulación de pequeñas diferencias asociadas al significado de tres conceptos en disputa: socialismo, nacionalismo y reformismo. Con respecto al primero, el PSP se apoyaba menos en la tradición del PS argentino que en el marxismo leninismo y en otros socialismos latinoamericanos. La segunda de las tradiciones, la nacionalista, se modulaba por la selección de figuras como Yrigoyen, Perón y Palacios y por el privilegio de ciertos símbolos, como la bandera celeste y blanca sobre la roja. Finalmente, la referencia al reformismo era declinada en dos sentidos: remitía a la adopción de una estrategia gradualista y a la tradición de la “Reforma Universitaria”, lo que implicaba límites frente a los grupos de la “nueva izquierda” y frente al peronismo.
La articulación de tradiciones, concluye Suárez, le habría dado al PSP un perfil definido y fronteras estables. Esta firmeza identitaria contribuiría, junto al modelo organizativo, a explicar el éxito de un partido que llega a 1983 como una fuerza pequeña pero consolidada. La indagación de las razones de su posterior expansión será objeto de nuevas investigaciones que, no dudamos, deberán basarse en el punto de partida puesto por Suárez.