“¡Patriotas de todas las nacionalidades, acudid!”: derechas inmigratorias en el sudoeste bonaerense (años ’30).
BRUNO CIMATTI
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Centro de Estudios Regionales "Prof. Félix Weinberg", Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur
Instituto de Humanidades, Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur
Bahía Blanca
Argentina
PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 17, N° 33, pp. 43-71
Enero-Junio de 2024
ISSN 1853-7723
Fecha de recepción: 10/06/2024 - Fecha de aceptación: 17/10/2024
Resumen
Palabras Clave
Fascismo – Falangismo – Nacionalsocialismo – Inmigración – Sudoeste bonaerense
“PATRIOTS OF ALL NATIONALITIES, COME FORTH!”: IMMIGRATION RIGHT-WING MOVEMENTS IN THE SOUTHWEST OF BUENOS AIRES PROVINCE (1930S)
Abstract
This article aims to address the territorial projection of what we call “immigration right-wing movements” – namely, Italian fascism, Spanish Falangism, and German National Socialism – in a regional space in inland Argentina: the southwest of Buenos Aires province. Overall, the study conducted allows for the reconstruction of the extent of the penetration of these ideologies into inland Argentina, while also identifying the different ways in which their representatives interacted both with their fellow countrymen settled in the region and with each other, as well as the influence they may have had on Argentine anti-liberal right.
Keywords
Fascism – Falangism – National Socialism – Immigration – Southwest of the Buenos Aires province
“¡Patriotas de todas las nacionalidades, acudid!”: derechas inmigratorias en el sudoeste bonaerense (años ’30)
Introducción
Tanto en la actualidad como en el pasado, la dimensión global de las derechas ha sido menos analizada que la de otros movimientos políticos. Probablemente por no estar asociadas al ideario internacionalista como distintas expresiones de izquierda o a la voluntad transnacional del liberalismo y del capitalismo, y debido a su asociación en el imaginario popular al nacionalismo y a la no integración con el otro. En efecto, ha sido dificultoso considerar el fenómeno de una “internacional de las derechas”.
Sin embargo, diferentes abordajes y enfoques disciplinarios, escalares y temáticos dan cuenta de la existencia de cierto grado de articulación de estos grupos más allá de los confines de la propia nación, o del propio grupo étnico.
La frase con la que titulamos este trabajo fue el cierre de una invitación que el Comité Pro España de Bahía Blanca publicó en su órgano de prensa para publicitar una actividad organizada conjuntamente, por la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FEJONS) local y distintas agrupaciones nacionalistas argentinas en octubre de 1936.[1] La frase, basada en la estructura de la consigna internacionalista con que Karl Marx y Friedrich Engels habían cerrado el Manifiesto Comunista de 1848, puede efectivamente interpretarse como un llamado a la idea de una “internacional de los fascismos”, por mucho que esa idea pueda parecer un oxímoron.
La existencia de foros u otras instancias de diálogo entre movimientos de derecha y extrema derecha pertenecientes a diversos contextos nacionales y hasta regionales es un elemento común que parece propio de la actualidad; sin embargo es posible rastrear antecedentes de esos vínculos transnacionales en períodos muy anteriores. Así, las derechas de entreguerras también tendieron a establecer lazos simbólicos y organizativos con movimientos ideológicamente afines. Por ejemplo, la Italia fascista promovió la constitución de los Comitati d’Azione per l’Universalità di Roma, organización destinada a hacer confluir a los partidos europeos o americanos que entroncaran con la identidad política fascista (Kallis, 2014; 2016). Además, desde una lógica basada en la afinidad entre partidos de estilo fascista a lo largo de Europa, también se han desarrollado estudios tendientes a subrayar la dimensión transnacional de las derechas de entreguerras (Bauerkämper, 2010; Rossolinski-Liebe y Bauerkämper, 2017).
Desde la óptica de la historia política, y en base a una perspectiva local/regional, es posible recuperar la manera en que esos lazos de solidaridad se entablaron incluso en terceros países, por parte de los representantes de distintos partidos o movimientos ideológicamente afines dentro del contexto de la extrema derecha. Así, por ejemplo, la Argentina representó un espacio en que, en base a la importante inmigración ultramarina que se había asentado en el país desde 1880, los representantes de las derechas europeas de entreguerras llevaron a cabo una serie de actividades de propaganda y acción política que, en no pocos casos, apuntaron a una maniobra conjunta en el vasto país sudamericano.[2]
Estas expresiones de derechas canalizadas a través de colectividades de inmigrantes, que hemos denominado “derechas inmigratorias” (Cimatti, 2023a, p. 79), resultan centrales para entender el devenir de las propias derechas argentinas,[3] cuyos representantes tendieron asimismo a entablar vínculos con fascistas italianos, falangistas españoles o nacionalsocialistas alemanes. De esta manera, esta investigación parte de la hipótesis de que los espacios locales y regionales funcionaron como puntos de conformación de una unidad transnacional de las derechas, en tanto pusieron en contacto a las derechas europeas con sus homólogas americanas,[4] en este caso argentinas. Así, el ingreso al país de las ideologías fascistas europeas, por intermedio de sus adherentes en las colectividades inmigratorias, tuvo un influjo en el desarrollo de las derechas autóctonas tanto por la influencia intelectual, cuestión que ha sido abordada por Federico Finchelstein (2010) para el caso del fascismo italiano, como mediante la creación de espacios de acción conjunta y colaboración en distintos puntos de la geografía argentina. Es en este último punto, el de la creación de momentos concretos de contacto y colaboración material, en el que pretendemos enfocarnos desde una perspectiva escalar que haga asible ese nivel de actividad política.
Para el caso de Bahía Blanca, estudios previos han abordado las relaciones que el fascismo italiano y el falangismo español entablaron durante ese conflicto (Cimatti, 2023a). Este trabajo pretende dar continuidad a aquél en un doble sentido: por un lado, a partir de la incorporación al análisis del nacionalsocialismo alemán; por el otro, mediante la utilización de una escala regional que permita observar la proyección territorial de esas ideologías en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires (SOBA).[5] Este espacio, debido a su distancia respecto de La Plata, la capital provincial, funcionó de manera autónoma en los organigramas del fascismo y el falangismo,[6] con sede regional en la ciudad de Bahía Blanca, principal centro urbano del sudoeste provincial.
Este primer abordaje a escala regional ha sido realizado en base a diferentes fuentes: en primer lugar, se ha consultado la prensa partidaria que fascistas y falangistas produjeron en el período,[7] prestando atención a las noticias procedentes de diferentes localidades de la región. Para el caso del fascismo, la fuente principal está representada por el diario Il Mattino d’Italia que, editado en Buenos Aires, se erigió desde 1930 en órgano oficial del fascismo en la Argentina (Fotia y Cimatti, 2021). Por su parte, la prensa falangista contó a nivel local con Patria Española, órgano de prensa del Comité Pro España local publicado entre septiembre de 1936 y noviembre de 1937, a cuyo análisis se suma el de la publicación porteña Falange Española.[8] Eventualmente, asimismo, se ha consultado el diario La Nueva Provincia, principal órgano de prensa comercial de Bahía Blanca de proyección regional. Para el caso del nacionalsocialismo, se ha trabajado con distintas fuentes que han permitido asir un movimiento político que se caracterizó, en la Argentina, por un menor grado de exposición que sus homólogos italiano y español. En este sentido, se consultaron fuentes que tendieron a reconstruir las actividades nazis en la región desde una perspectiva denunciatoria o investigativa. Entre las primeras se encuentra el diario radical Democracia,[9] que en 1939 llevó adelante una activa campaña antinazi destinada a hacer pública la penetración nacionalsocialista en Bahía Blanca y su área de influencia. Entre el segundo tipo de fuentes se encuentran informes y actas de sesiones realizados en el marco de las investigaciones que el Estado nacional llevó adelante desde 1938 y que corresponden al reservorio de la Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas (CIAA) de la Cámara de Diputados disponibles en el Archivo General de la Nación Intermedio.[10]
En lo sucesivo, el artículo se organiza en tres partes: la primera, tiene por objeto reconstruir el impacto migratorio español, italiano y alemán en la región, así como una recuperación de los inicios de la organización de las instituciones fascistas, falangistas y nacionalsocialistas en el epicentro regional que representaba por entonces la ciudad de Bahía Blanca. En una segunda instancia se analizan, respectivamente, las proyecciones del fascismo, el falangismo y el nacionalsocialismo en el SOBA. Por su parte, el tercer apartado analiza las vinculaciones que estos movimientos establecieron entre sí, así como los vínculos que entablaron con sectores afines de la sociedad local y las reacciones que esto generó en la prensa y en las autoridades. En conjunto, esperamos que este trabajo sirva para dar luz a los estudios sobre la dimensión global de las derechas europeas de entreguerras, particularmente en lo relativo a su cooperación y articulación en el interior argentino, campo en el que resulta necesaria una serie de estudios que, abordando diferentes espacios locales/regionales, contribuya a la reconstrucción de un proceso tan heterogéneo como el territorio mismo de la Argentina.
Derechas inmigratorias en el sudoeste bonaerense
La ciudad de Bahía Blanca y su área de influencia no escaparon, como cabe suponer, al influjo migratorio ultramarino que arribó a las áreas centrales de la Argentina entre 1880 y 1914. Como en el resto del país, la población extranjera representó una importante proporción de la población total al momento de realización del Tercer Censo Nacional en 1914, y que coincidió con el fin del proceso de inmigración masiva. En efecto, hacia fines de ese año el país contaba con 7.885.237 habitantes, de los cuales casi el 30% eran extranjeros.[11]
Los españoles e italianos representaron, al interior del contingente de inmigrantes ultramarinos, tanto las dos colectividades más representadas como así las que se distribuyeron con mayor uniformidad.[12] En 1914, residían en la Argentina 929.863 italianos y 829.701 españoles, que representaban respectivamente el 11,79% y el 10,52% de la población nacional, y que juntos sumaban algo más de una quinta parte de los habitantes del territorio argentino. Ese impacto demográfico resultó mayor en el SOBA –que contaba con casi 200.000 habitantes–, particularmente en el caso de los inmigrantes españoles: en el sudoeste provincial había 30.860 españoles y 23.216 italianos, que representaban un 16,28% y un 12,25% del total. Por consiguiente, en ese espacio bonaerense, la proporción combinada de españoles e italianos representaba casi un tercio del total y llegaba a representar en el partido de Bahía Blanca un 39,84% de los habitantes. Ante esta situación, el peso de la población alemana resultó exiguo, en tanto residían en el SOBA apenas 1.436 habitantes (un 0,76% del total),[13] que únicamente alcanzaron la unidad porcentual en los partidos de Coronel Suárez (1,24%), Patagones (1,13%), Puan (1,01%) y Tornquist (1%).
Figura 1 – Españoles, italianos, alemanes y población total por partido del SOBA.
El importante impacto demográfico de las colectividades italiana y española en la región implicó, asimismo, un equivalente grado de desarrollo institucional de ambas colectividades. En el principal centro urbano de la región, las primeras instituciones de ambas colectividades se constituyeron en 1882, cuando se fundaron la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos de Bahía Blanca y la Asociación Española de Socorros Mutuos. La entidad mutualista italiana sufrió desprendimientos que dieron lugar a la creación de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos e Instrucción “XX de Septiembre”, en 1886, y de la Sociedad Italiana Meridional de Socorros Mutuos, en 1906. Las tres entidades acabarían fusionándose en 1912 para dar lugar a la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos e Instrucción “Italia Unita” (Crocitto, Crocitto y De Lucia, 1982, p. 48).
Por su parte, la primera entidad mutual española se agrupó en 1922 junto a las existentes en las ciudades cabeceras de los restantes partidos del SOBA, creando la Federación Regional de Sociedades Españolas de Bahía Blanca. En el caso español, existían además distintas asociaciones regionales, tales como el Centro Aragón, el Centro Asturiano, el Casal Català y la Casa de Galicia. En el marco del mutualismo, existían, asimismo, entidades separadas de las asociaciones nacionales en función de un criterio identitario regional: la Sociedad Vasca de Socorros Mutuos “Laurak Bat”, fundada en 1899, y la Sociedad Siciliana de Socorros Mutuos “Trinacria”, constituida en 1917. Los alemanes residentes en Bahía Blanca, por su parte, constituyeron la Sociedad Alemana de Socorros Mutuos “Germania” en 1885, así como la Sociedad Escolar Alemana en 1903 (Monacci, 1988, p. 222).
Ese fue el contexto institucional en el que, en los años de entreguerras, se insertaron las instituciones políticas ligadas al fascismo, el falangismo y el nacionalsocialismo. Tanto por su surgimiento más temprano como por el hecho de ser el primer movimiento de extrema derecha en llegar al poder en Europa, fue el fascismo la primera ideología en desembarcar en Bahía Blanca con la fundación, el 15 de mayo de 1926, del Fascio “Giulio Giordani” (FGG).[14] Con el correr de los años, el FGG cumplió un rol promotor en el nacimiento de distintas instituciones que contribuyeron a engrosar el andamiaje del fascismo en la ciudad, tales como la Casa dell’Italiano (1927), el Dopolavoro “Ugo Quintavalle” (1929) o el Instituto Ítalo-Argentino de Cultura “Umberto di Savoia” (1930). Este desarrollo se tradujo, a comienzos de 1931, en un posicionamiento jerárquico con respecto a su área de influencia. En una asamblea celebrada en marzo de ese año, el secretario del FGG, Lorenzo Pucci, informó que como resultado de la elevación a secretaría de zona del Fascio “Cap. Luigi Fornabaio” de La Plata, Bahía Blanca ascendía a igual categoría, quedando a su cargo las localidades de Cabildo, Coronel Dorrego, Adolfo Gonzáles Chaves, Ingeniero White, Médanos, Patagones, Stroeder y Tornquist.[15] Con todo, en apenas cuatro de esas localidades existieron secciones fascistas operativas, que funcionaron en Ingeniero White, Tornquist, Coronel Dorrego y Carmen de Patagones.[16]
Por su parte, el falangismo bahiense surgió al calor de la Guerra Civil Española y tuvo su espacio inicial en el Comité Pro España (CPE), constituido en septiembre de 1936 bajo la presidencia de Rafael de los Casares, quien al mismo tiempo se constituyó en representante del gobierno de Burgos en Bahía Blanca. El CPE fue asimismo el embrión del falangismo local, por cuanto pocos días después de su constitución, visitaron la ciudad los delegados falangistas José Arnedo y Antonio Rovira con el fin de organizar una sección local de la FEJONS a cargo de Enrique Cabré Moré,[17] quien durante algunos días se había desempeñado como prosecretario del CPE.[18] Con todo, durante el resto de 1936 no se registraron actividades conjuntas entre el CPE y la FEJONS bahiense, ni esta última fue nombrada en Patria Española.
Los primeros vínculos comenzaron a establecerse en abril de 1937, cuando ambas organizaciones colaboraron para recibir a Juan Pablo de Lojendio, representante oficioso de Francisco Franco en la Argentina, en su visita a la ciudad.[19] Ese mismo mes Franco promulgó el Decreto de Unificación, que establecía la fusión de la Falange Española de las JONS y de la Comunión Tradicionalista, cuya idea central fue presentada por Lojendio ante los simpatizantes bahienses, y que llevó a que el CPE y la FEJONS se fusionaran para crear la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FETJONS) de Bahía Blanca y Zona Sur, bajo la jefatura de Cabré Moré, el 24 de julio de 1937.[20] Como consecuencia, desde su número del 7 de agosto, Patria Española pasó a ser el órgano de la FETJONS en la ciudad.
La alusión a la “Zona Sur” nos llama la atención sobre el hecho de que, si en el organigrama fascista Bahía Blanca fue el epicentro de una red de instituciones reducida y, como vimos, acotada, al SOBA, la FETJONS bahiense heredó del CPE una proyección regional mucho más vasta, por cuanto hacia fines del año anterior el mencionado comité contaba con filiales en otras 21 localidades que no se limitaban a esa porción del territorio bonaerense.[21] Además, a esa cifra hemos podido añadir otras cuatro localidades en las que, en períodos posteriores, registramos actividad del falangismo: dos de ellas en el SOBA –Coronel Dorrego y Tornquist–, una en Necochea, en el este de la provincia, y otra en Jacinto Arauz, en La Pampa. Esta significativa diferencia respecto de la dimensión territorial de la red que, en cada caso, tenía su epicentro en Bahía Blanca, conlleva la necesidad de realizar, en futuras investigaciones, un abordaje pormenorizado de la difusión territorial del falangismo, que destaca tanto por su extensión como por su capilaridad, por implicar grandes centros urbanos, tales como Bahía Blanca o Mar del Plata, al mismo tiempo que pequeños enclaves rurales como Tres Picos, Las Mostazas o Lartigau, solo por citar algunos ejemplos.
El caso del nacionalsocialismo alemán reviste una complejidad mayor por una serie de cuestiones: en primer lugar, porque es difícil datar la fecha de constitución de grupos locales de la Auslandsorganisation der NSDAP (NSDAP-AO) en tanto esta adoptó, desde sus inicios, un carácter más reservado y de menor exposición que el fascismo o falangismo. Este elemento pudo deberse al carácter más excluyente que el nacionalsocialismo tuvo en América latina, como causa de su racismo exacerbado y de su mayor distancia cultural respecto del medio local (Bertonha y Althaides, 2023, p. 35). En segundo lugar, ya que, a diferencia de lo acontecido con los dos movimientos abordados anteriormente, que dividieron el territorio argentino en zonas que tuvieron epicentro en distintas ciudades, el nazismo alemán centralizó la coordinación de los grupos locales de la NSDAP-AO en la embajada alemana en Buenos Aires.[22] En este sentido, el grupo nazi de Bahía Blanca, liderado por Gustav von der Hellen, no representó un epicentro zonal o jurisdiccional, sino que fue un punto en una red de alcance nacional, sin ninguna función de contralor sobre otros situados en el SOBA o en otros espacios. Con todo, y fundamentalmente en base a las denuncias recibidas por la CIAA a partir de 1941, se han podido identificar los grupos locales de otras localidades que, por su proximidad y por los flujos de personas y de material propagandísticos que las comunicaban, se encontraron más vinculados a su par bahiense, siendo estos los de Coronel Pringles, Coronel Suárez, Sierra de la Ventana, Stroeder, Tornquist, Tres Picos y Villa Iris en el SOBA, a los que se sumaron dos en el territorio nacional de La Pampa –Abramo y Villa Alba–[23] y uno en Río Negro –Cinco Saltos–.[24]
Observado hasta aquí el desarrollo de las instituciones ligadas a las derechas inmigratorias de entreguerras en Bahía Blanca, cabe realizar un abordaje detallado a la proyección regional del fascismo, el falangismo y el nacionalsocialismo en el SOBA.[25] Dicho análisis se realizará, en lo sucesivo, teniendo en cuenta las actividades públicas organizadas por los representantes del fascismo, el falangismo y el nacionalsocialismo en los distintos puntos de la región que fueron, a su vez, publicitados por sus respectivos órganos de prensa, fueran estos de alcance nacional o regional, o relevados por terceros, tanto en la prensa como en expedientes de investigación.
Acciones conjuntas de las derechas inmigratorias en el sudoeste bonaerense
En algunas oportunidades, la realización de actividades de camaradería destinadas a poner en contacto a fascistas italianos de distintas localidades sirvió asimismo para vincularlos con representantes de ideologías afines por fuera de su propia nacionalidad. Así, por ejemplo, en agosto de 1937 una delegación del FGG, compuesta por alrededor de 150 personas, realizó una visita oficial a la sección fascista de Tornquist. En esa ocasión, la recepción del grupo de fascistas bahienses por parte de sus homólogos locales contó, además, con la presencia de falangistas, nacionalsocialistas y nacionalistas argentinos de esa ciudad, y culminó en un desfile por las calles en una columna de más de quinientas personas.[26] Posteriormente, se realizó un banquete en la Sociedad Italiana, que contó con la participación del intendente Pantaleón Echave y del diputado provincial Santiago Saldungaray, ambos conservadores. A manera de una devolución de gentilezas, en ocasión del Natale di Roma de 1938, un grupo de fascistas de Tornquist fueron agasajados por sus homólogos de Bahía Blanca en la sede del FGG.[27] En esa actividad, que apuntaba a la vinculación regional de los fascistas italianos, se contó con la participación de una delegación de la FETJONS bahiense, encabezada por el jefe comarcal José Barreiro Ortiz.[28]
Se establecieron vínculos entre fascistas y falangistas en Coronel Dorrego en ocasión de la celebración del primer aniversario del Imperio Italiano, en mayo de 1937. Las actividades contaron con la participación de Michele Gagliardi, secretario del fascio dorreguense, Manuel Santiago Rueda, representante de la Junta Nacional Española, Manuel Pérez Errarin, de la FEJONS local, y Primo Storti en representación de la Legión Cívica Argentina.[29] La cercanía entre esa organización nacionalista argentina y el fascismo salta a la vista si se considera que, cuando el 28 de enero de 1936 la ciudad fue visitada por el vicecónsul italiano Cesare Afeltra, los dos discursos principales de bienvenida fueron el de Storti, que habló en primer lugar y encabezó el acto,[30] y el de Gagliardi, quien tuvo un rol secundario llamativo si se considera que era el jefe de los fascistas locales.[31] También en Coronel Dorrego, se estableció una relación de cooperación con el intendente conservador Gabriel Claverie, quien cumplió un papel destacado en la organización de la tercera edición de la Colonia “Roma” del FGG, que en el verano de 1936 tuvo lugar en las playas de Monte Hermoso, localidad balnearia por entonces perteneciente al partido de Coronel Dorrego (Cimatti, 2020, p. 176).
Por su parte, ciertas actividades del falangismo en el SOBA también funcionaron como espacio de vinculación con exponentes de movimientos ideológicamente afines por fuera de la colectividad española. En todos los casos, las actividades realizadas siguieron los modelos predominantes aplicados por el falangismo en el país, entre los que destacaba la celebración de misas y la organización de “platos únicos” (Ferreyra, 2022). A mediados de 1937, se realizó una serie de eventos en beneficio de los hospitales de sangre de la España bajo control del bando sublevado en Bahía Blanca,[32] Coronel Dorrego y Carhué. En la segunda ciudad, el almuerzo fue organizado por la Junta Nacional Española, presidida por el ya mencionado Salgado Rueda, y contó con la presencia del representante del gobierno de Franco, el también ya aludido De los Casares, así como del intendente Claverie.[33] Además de la delegación local de la FET, participaron la Juventud Nacionalista Argentina y la Legión Cívica Argentina, así como la sección fascista dorreguense, que dependía del FGG. Por su parte, el plato único organizado en Carhué, cabecera del partido de Adolfo Alsina, contó con la participación del senador provincial Florentino Ayestarán, también conservador, y congregó a cerca de 300 comensales.[34] Otra modalidad de acción conjunta con sectores ideológicamente afines se produjo en Tornquist, donde la FETJONS participó de la celebración del Primero de Mayo organizada por el Centro Alemán Nacional-Socialista, que contó asimismo con la participación de la sección fascista local y del ya mencionado intendente Echave.[35]
La participación de dirigentes políticos argentinos, ligados en todos los casos al Partido Demócrata Nacional, merecer ser destacada por cuanto evidencia la cercanía ideológica existente entre el conservadurismo argentino y las derechas europeas de entreguerras. Ya en septiembre de 1936, a apenas dos meses del inicio de la Guerra Civil Española, el intendente del partido de Adolfo Alsina, Juan Marcalain, y el jefe del Honorable Concejo Deliberante, José Fino, elevaron un telegrama a Franco felicitándolo por volver a poner a España en la senda correcta, superando la encrucijada que “el comunismo ruso [había puesto] frente al pueblo hispano”.[36] En febrero de 1938 en un plato único que se realizó en Pigüé en beneficio de los huérfanos de la guerra, y en el que participó un núcleo de nacionalsocialistas locales, el propio Marcalain afirmó: “Todos debemos ser uno en la finalidad que se persigue en estos momentos, que es la de ganar la guerra”.[37]
Como vimos, la centralidad de los platos únicos como actividad que no solo nucleaba a los sectores de la colectividad española que apoyaban al bando sublevado sino a un conjunto más amplio étnicamente que incluía a argentinos y miembros de otras colectividades fue remarcada por la propia prensa falangista en el país. En dos artículos publicados por Falange Española en junio de 1937 se desarrolló la idea del plato único como símbolo de austeridad, sacrificio y caridad, pero al mismo tiempo de confraternidad hispano-argentina. En efecto, esa comunión, basada no en principios étnicos sino en elementos ideológicos, fue bautizada en uno de esos artículos por José Triviño, jefe de Servicios Técnicos de la FEJONS, como “comunidad de intereses ante la avalancha de seres sin patria que tratan de provocar el odio entre los pueblos”.[38] En el otro artículo, firmado por José Rodríguez Pendás quien era jefe territorial de Prensa y Propaganda, se publicitaba el plato único como acción de “caridad cristiana” al que no solo debían concurrir españoles e hijos de españoles, sino también “argentinos netos” y “extranjeros de toda condición”.[39] Los fragmentos analizados permiten recuperar cómo el anticomunismo pudo oficiar como uno de los nexos más fuertes entre las derechas argentinas y las derechas inmigratorias.[40]
Esa vocación de entablar vínculos con sectores ideológicamente afines por fuera de la colectividad española, fueran estos argentinos o provenientes de otras colectividades extranjeras, entre las que destacaron la italiana y la alemana, se revela en sintonía con el llamado a los “patriotas de todas las nacionalidades” que da título a este trabajo. Consideramos que no es casual que esta consigna haya partido del falangismo español, por tanto fue la Guerra Civil Española la que, como lo hiciera también para el caso del antifascismo (Bisso, 2001), generó las condiciones para la aglutinación de los sectores ideológicamente afines por encima de las fronteras nacionales y étnicas.
Respecto del nacionalsocialismo alemán, como se ha podido apreciar hasta aquí, no se registraron actividades propias, y sus representantes solo se vieron como participantes de aquellas que el fascismo o el falangismo desarrollaban en la región. Esto puede deberse al hecho de que los objetivos de la NSDAP-AO se enfocaban, de manera casi exclusiva, en la propia colectividad. De hecho, las primeras denuncias que desarrolló el diario Democracia respecto de la “infiltración nazi” en Bahía Blanca apuntaron a actividades tales como las presiones a comerciantes alemanes para la comercialización de productos de ese origen, así como a las empresas alemanas para que inscribieran a sus trabajadores en la rama exterior del Deutsche Arbeitsfront, la organización sindical del nacionalsocialismo.[41] Por su parte, respecto de las manifestaciones de sociabilidad, el diario de orientación radical no señalaba la realización de mítines u otras actividades en el espacio público, sino que refería a reuniones de carácter privado realizadas en la cervecería “Gambrinus”, ubicada en el centro de la ciudad.[42]
Con todo, el peso simbólico del nacionalsocialismo tiñó al conjunto de las derechas europeas incluso en las más altas esferas políticas: así, por ejemplo, en la Cámara de Diputados, la articulación global de los movimientos de extrema derecha a nivel global fue bautizada como “Nazitern”,[43] en una analogía a la Komintern que demuestra que, lejos de resultar inexistente en la época, la idea de una “internacional de los fascismos” a la que aludimos en la introducción estaba presente en el debate público.
Sin intentar entrar en el debate sobre la existencia o no de algo comparable a la Internacional Comunista, y en consonancia con los objetivos planteados en este trabajo, preferimos centrarnos en las manifestaciones que pudo tener la acción conjunta de representantes del fascismo, el falangismo y el nacionalsocialismo, particularmente en función del nacionalismo argentino en el territorio de análisis. En efecto, si a lo largo de las páginas precedentes se recuperaron instancias de participación conjunta con representantes de distintas agrupaciones nacionalistas, algunas fuentes nos permiten constatar que quizás haya algo más que identificar en la relación entre las derechas argentinas y los fascismos europeos.
Así, cobra relevancia un artículo, publicado por el diario socialista La Vanguardia en 1942, y recuperado por la CIAA, que anunciaba la creación de una filial de la Legión Cívica Argentina en Coronel Suárez. En tal oportunidad, se informaba que había sido fundada por “conocidos elementos del nazismo, fascismo y falangismo local, la mayoría de ellos alemanes, italianos y españoles”.[44] La misma situación había sido señalada años antes por el diputado socialista Enrique Dickmann para el caso de la filial de la misma agrupación en Zapala.[45]
Por su parte, y en lo relativo a la connivencia entre autoridades políticas argentinas pertenecientes al conservadurismo y exponentes de las derechas inmigratorias, en 1939 Democracia había denunciado la presencia de los mencionados Echave y Saldungaray en un almuerzo celebrado en un campo que era propiedad de Paul Müller, referente del nazismo en Tornquist.[46] En ese mismo artículo se establecía un paralelismo con una imagen que, días antes, había recorrido la prensa nacional: la del gobernador salteño Luis Patrón Costas celebrando la entrada de Franco en Madrid junto a jefes falangistas, nazis y fascistas de la ciudad norteña.
Es en este punto que consideramos oportuno finalizar este trabajo, en tanto nos permite plantearnos interrogantes que, a futuro, deberán ser abordados pormenorizadamente de cara a un abordaje integral de las derechas inmigratorias y “nativas” en la Argentina.[47]
Reflexiones finales
En las páginas precedentes, una serie de sugestivas imágenes surgieron del relevamiento inicial de las actividades desarrolladas, muchas veces conjuntamente, por las derechas inmigratorias en el sudoeste bonaerense: una columna de centenares de fascistas, falangistas y nacionalsocialistas desfilando por las calles de Tornquist; el intendente conservador de Adolfo Alsina pronunciando un discurso en un escenario adornado con banderas nazis y de la Falange; un dirigente de la Legión Cívica Argentina de Coronel Dorrego encabezando la recepción oficial al vicecónsul de la Italia fascista.
Las imágenes dan cuenta de una confraternidad que, concentrada en los años de la Guerra Civil Española, se cimentó entre los exponentes de las derechas inmigratorias, así como de cara a sus equivalentes argentinos. Está claro que hablar de una “internacional de las derechas”, “de los fascismos” o “de los nacionalismos” resulta exagerado, máxime si se pretende hacer de la idea una interpretación comparable con la organización de la Internacional Comunista. Más allá de intentos efímeros como la constitución de los Comitati d’Azione per l’Universalità di Roma, no existió una “Nazitern”, esto es, un intento coherente y centralizado de integrar los partidos y movimientos de matriz fascista bajo una conducción unificada –cuestión que, por otro lado, resultaba extremadamente improbable y muy alejada de la realidad de la Komintern–.[48] No obstante, sí existieron mecanismos de cooperación que, a través de diferentes grados de formalidad, tendieron puentes entre las distintas expresiones de las derechas europeas de entreguerras.
El rol que la Guerra Civil Española cumplió en ese proceso se reveló, en cierto punto, homólogo al que cumplió en el proceso de conformación de un antifascismo transnacional, cuestión que hemos observado previamente para el caso bahiense y que, en este primer abordaje a la proyección regional de las derechas inmigratorias desde una perspectiva regional, pudimos registrar para el caso del sudoeste provincial.
Desde esta perspectiva, la dimensión transnacional de las derechas europeas de entreguerras no se articuló únicamente en base a las instancias de cooperación que las cúpulas de los regímenes establecieron entre sí, sino también mediante los lazos de solidaridad que sus representantes establecieron en el territorio a nivel global. En el caso argentino, la gran afluencia de población europea entre 1880 y 1914 dio como resultado colectividades inmigratorias con un grado de desarrollo institucional que las transformó en vectores para que las ideologías totalitarias surgidas luego de la Primera Guerra Mundial ingresaran a la esfera pública y entablaran contacto con las derechas nativas.
De este modo, los vínculos con el Partido Demócrata Nacional o con las distintas agrupaciones que conformaron el nacionalismo argentino se revelan centrales de cara a investigaciones futuras, tanto por su relevancia en función de la circulación internacional de las derechas como para entender la conformación de las derechas argentinas, no solo en función de eventuales influencias ideológicas sino, y sobre todo, de la articulación concreta en el territorio. El primer elemento aludido, esto es, los vínculos establecidos entre políticos conservadores con cargos municipales o provinciales, como los que desarrollamos en este trabajo, resultan un elemento a profundizar en el futuro por cuanto pudieron indicar el influjo ideológico no ya sobre militantes nacionalistas sino en funcionarios abocados a la gestión pública en la Argentina. Las implicancias de esos vínculos, de hecho, no fueron soslayadas por la opinión pública contemporánea, si se considera, por ejemplo, la reacción de Democracia a la presencia del intendente de Tornquist y de un diputado provincial en un evento social organizado por el líder del nazismo en esa localidad.
La constatación de la existencia, visible y perceptible incluso contemporáneamente, de formas y espacios de sociabilidad política que articularon a expresiones de las derechas argentinas, como la liberal-conservadora o la nacionalista, con las derechas inmigratorias que operaban en la región permite pensar estrategias analíticas para abordar dichos vínculos, así como sus implicancias en el marco de la historia política de la argentina de entreguerras, cuando no del desarrollo de las derechas argentinas luego de las segunda gran conflagración mundial. En efecto, cabe preguntarse hasta qué punto esos vínculos se tradujeron en flujos de ideas y/o de militantes entre los distintos partidos y movimientos involucrados, así como si es posible rastrear las huellas que las distintas derechas inmigratorias pudieron dejar en sus homólogas argentinas una vez que dejaron de existir abiertamente, como en los casos del fascismo y el nazismo, o cuando debieron configurarse en un contexto global de aislamiento ideológico, como sucedió con los adeptos a la España de Franco. Un análisis de estas características debería, no solo ampliarse a escala nacional mediante la recuperación de procesos análogos acaecidos en otras regiones del país, sino que requiere el acceso a documentación que permita conocer la lógica interna de las distintas organizaciones políticas involucradas.
Conscientes de que este primer abordaje a nivel regional deja planteados más interrogantes que aquellos a los que responde, consideramos que constituye un importante primer paso de cara a la realización de estudios que contribuyan a comprender la difusión global de las derechas y su articulación en Argentina durante un período crucial para la historia del siglo XX.
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[1] "Acto público de adhesión", en Patria Española, 3 de octubre de 1936. La actividad contó con la participación de la Legión Cívica Argentina, la Acción Nacionalista Argentina y la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios.
[2] Son numerosos los estudios sobre la difusión de las derechas inmigratorias en la Argentina. Solo por citar algunos de los más completos, indicamos los producidos para los casos del fascismo (Prislei, 2008; Finchelstein, 2010; Aliano, 2012; Fotia, 2019; Fotia y Cimatti, 2021; Cimatti, 2023b), el nacionalsocialismo (Newton, 1995, Bertonha y Althaides, 2023, pp. 94-96; Friedmann, 2019; 2022; 2024; Galván y Moguillansky, 2020) y el franquismo/falangismo (Ferreyra, 2016a; 2016b; 2018a; 2018b; 2022; Lvovich, 2022; Velasco, 2022). Por motivos de espacio, no es de nuestro interés abordar aquí las diferencias que existieron entre las proyecciones exteriores de los tres movimientos políticos, en función del modo en que, en cada caso, se expresaron las tensiones entre partido y Estado, cuestión abordada de manera sintética por Bertonha y Althaides (2023, pp. 29 y ss.)
[3] El uso del plural obedece a la idea de que no existe un universo homogéneo de la derecha en la Argentina, sino que se han identificado al menos tres corrientes, la liberal-conservadora, la nacionalista y la católica, que articularon ese campo ideológico en el país (Bohoslavsky, Echeverría y Vicente, 2024). En este sentido, consideramos que las derechas inmigratorias en el país podrían constituir sendas expresiones de las derechas argentinas, o al menos un puente entre estas y sus pares europeas durante los años de entreguerras.
[4] La existencia de una dimensión transnacional de las derechas americanas ha sido abordada en el volumen coordinado por Ernesto Bohoslavsky y João Fábio Bertonha (2016).
[5] En el período abordado, la región estaba constituida por los partidos bonaerenses de Adolfo Alsina, Bahía Blanca (actuales partidos de Bahía Blanca y Coronel Rosales), Coronel Dorrego (actuales partidos de Coronel Dorrego y Monte Hermoso), Coronel Pringles, Coronel Suárez, Guaminí, Patagones, Puan, Saavedra, Tornquist y Villarino. Para la determinación espacial de la región nos hemos ceñido a la definición actual establecida por el gobierno provincial a través de la Ley Provincial 13.647, a la que añadimos a Monte Hermoso, actualmente no considerado parte de la misma, en tanto sus territorios formaban parte, en el período abordado, del partido de Coronel Dorrego.
[6] Como veremos, en el caso del nacionalsocialismo la organización a nivel nacional estaba concentrada únicamente en Buenos Aires, sin existir nodos intermedios de alcance regional.
[7] Una de nuestras principales líneas de investigación en el futuro apunta al acceso a archivos españoles y alemanes que permitan dar cuenta de los vínculos entablados con sus homólogos fascistas, si es que los documentos así lo hicieran. Nuestro acceso a archivos italianos, sobre el caso del fascismo, no han arrojado información en tal sentido. De allí que el recurso a la prensa represente el punto de partida para este estudio preliminar. De igual modo, se prevé acceder a archivos locales de las distintas localidades de la región.
[8] En este y los casos anteriores, las publicaciones referidas se encuentran disponibles en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”.
[9] Las colecciones de La Nueva Provincia y Democracia se encuentran disponibles en la hemeroteca de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia de Bahía Blanca.
[10] Disponible en https://apym.hcdn.gob.ar/comisiones-especiales/nazis/inventario/ [última consulta: 6 de octubre de 2024]
[11] Todas las cifras poblacionales han sido extraídas de: Tercer Censo Nacional, tomo II, 1914. Disponible en: https://deie.mendoza.gov.ar/#!/censos-nacionales-de-poblacion [última consulta: 6 de octubre de 2024]
[12] Si otras colectividades se caracterizaron por su concentración en provincias o localidades específicas –como los sirio-libaneses en el noroeste argentino o los holandeses y daneses en localidades bonaerenses como Tres Arroyos y Tandil–, o por su mayor tendencia a ocupar espacios urbanos o rurales –como las colectividades judías y alemana del Volga, respectivamente–, italianos y españoles se caracterizaron por su dispersión relativamente uniforme por el territorio argentino. Para un enfoque general sobre la inmigración ultramarina en Argentina véase el trabajo de Fernando Devoto (2003).
[13] A pesar de que entre la elevada cifra de población censada como rusa se encontró un número sin determinar pero indudablemente alto de rusoalemanes provenientes de las colonias situadas en torno al río Volga, que representaron una importante colectividad en la región, hemos decidido no contabilizar esa población por dos motivos: primero por la imposibilidad de discernir cuáles de los censados como rusos eran efectivamente alemanes del Volga y cuántos provenían de otras partes del Imperio Ruso; en segundo lugar, por el hecho de que los propios estatutos de la Auslandsorganisation der NSDAP, la rama exterior del partido nacionalsocialista, únicamente permitía la inscripción de los Reichsdeutschen, esto es, “alemanes del Reich”, excluyendo por lo tanto a los Volksdeuschen, alemanes étnicos nacidos fuera del Reich (Bertonha y Althaides, 2023, p. 53).
[14] Para un análisis pormenorizado del accionar del fascismo en Bahía Blanca véase el trabajo de Cimatti (2023b)
[15] "Bahía Blanca. L'assemblea del Fascio 'G. Giordani'", en Il Mattino d’Italia, 30 de marzo de 1931. Si bien la localidad de Adolfo Gonzáles Chaves no forma parte de nuestra delimitación del SOBA, dicha exclusión no altera nuestro análisis por cuanto no hemos podido dar cuenta de la existencia de un fascio o una sección fascista en esa localidad bonaerense.
[16] "In onore del nuovo Console Dr. Paolo de Simone", en Il Mattino d’Italia, 30 de julio de 1931.
[17] "Delegados falangistas se encuentran desde ayer en la ciudad", en La Nueva Provincia, 11 de septiembre de 1936.
[18] "Del señor E. Cabré Moré al presidente del Comité Pro-España", en La Nueva Provincia, 17 de septiembre de 1936.
[19] "Nuestra fiesta de mañana", en Patria Española, 23 de abril de 1937. Sobre la figura de Lojendio véase el estudio realizado por Alejandra Ferreyra para el caso porteño (2016b).
[20] "Cumpliendo con nuestro deber", en Patria Española, 7 de agosto de 1937.
[21] Aunque 9 de esas localidades se encontraban en el SOBA –Bajo Hondo, Carhué, Chasicó, Coronel Suárez, Lartigau, Las Mostazas, Pedro Luro, Puan y Tres Picos–, otras dos se ubicaban en otras zonas de la provincia, a saber, Tres Arroyos y Mar del Plata. Además, el CPE contaba con 4 filiales en Río Negro –Lamarque, Río Colorado, San Antonio Oeste y Viedma–, 3 en La Pampa –General Acha, Guatraché y Santa Rosa–, 2 en Neuquén –Neuquén y Zapala–, y 1 en Trelew, Chubut.
[22] Diario de sesiones de la Cámara de Diputados, 1939, Tomo I, 6ª sesión ordinaria del 7 de junio de 1939, p. 414.
[23] Actualmente la localidad se denomina General San Martín.
[24] Archivo General de la Nación Intermedio, Documentos de carácter reservado, Caja 4, Expediente 273, informe de la policía del territorio Nacional de la Pampa del 9 de diciembre de 1940; Honorable Cámara de Diputados de la Nación, Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas (1941-1943), Provincia de Buenos Aires, Comunicaciones no oficiales, Denuncias, caja 2, legajo 10, carta anónima a la Comisión de Investigación de Actividades Antiargentinas, sin fecha. Disponible en: https://docs.google.com/gview?url=http://apym.hcdn.gob.ar/uploads/comisiones-especiales/pdf/nazis/AA02C04060.pdf&embedded=true [última consulta: 6 de octubre de 2024]; Honorable Cámara de Diputados de la Nación, Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas (1941-1943), Provincia de Buenos Aires, Comunicaciones no oficiales, Denuncias, caja 5, legajo 25, carta anónima a la Comisión de Investigación de Actividades Antiargentinas de agosto de 1941. Disponible en: https://docs.google.com/gview?url=http://apym.hcdn.gob.ar/uploads/comisiones-especiales/pdf/nazis/AA05C02007.pdf&embedded=true [última consulta: 6 de octubre de 2024]
[25] Esto implica, para el caso del falangismo y del nacionalsocialismo, dejar de lado el abordaje de su penetración en espacios que, por hallarse en otras zonas de la provincia o en los territorios patagónicos, escapan al recorte geográfico aquí propuesto.
[26] "Tra i connazionali di Tornquist", en Il Mattino d'Italia, 17 de agosto de 1937.
[27] "Il Natale di Roma solennemente commemorato a B. Blanca", en Il Mattino d'Italia IMDI, 29 de abril de 1938.
[28] Barreiro Ortiz había reemplazado a Cabré Moré como jefe comarcal de la FETJONS en Bahía Blanca el 11 de diciembre de 1937. "Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. en Bahía Blanca", en Falange Española, 24 de diciembre de 1937.
[29] "Dorrego. Commemorazione del 9 Maggio", en Il Mattino d'Italia, 16 de mayo de 1937.
[30] Años más tarde, según una denuncia anónima recibida por la CIAA, Storti fue señalado como “agente nazi” en esa localidad. Honorable Cámara de Diputados de la Nación, Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas (1941-1943), Provincia de Buenos Aires, Comunicaciones no oficiales, Denuncias, caja 2, legajo 10, carta anónima a la Comisión de Investigación de Actividades Antiargentinas, sin fecha. Disponible en: https://docs.google.com/gview?url=http://apym.hcdn.gob.ar/uploads/comisiones-especiales/pdf/nazis/AA02C03097.pdf&embedded=true [última consulta: 6 de octubre de 2024]
[31] "Coronel Dorrego. Spettacolo in onore dei Balilla di Bahía Blanca e del Regio Console, Ten. Col. Afeltra", en Il Mattino d'Italia, 6 de febrero de 1936.
[32] "Ecos del 'Plato Único' del día 25", en Patria Española, 8 de febrero de 1937.
[33] "El plato 'único' de Coronel Dorrego", en Patria Española, 3 de julio de 1937, p. 5.
[34] "Una hermosa fiesta de afirmación nacionalista. El 'plato único' de Carhué", en Patria Española, 25 de septiembre de 1937.
[35] "Ecos de Tornquist", en Patria Española, 29 de mayo de 1937. La ironía de un grupo de fascistas celebrando el Primero de Mayo, festividad prohibida en Italia y suplantada por el Natale di Roma merece ser, como mínimo, señalada.
[36] "Ecos del Comité Pro España", en Patria Española, 14 de noviembre de 1936.
[37] "Plato único en Carhué", Falange Española, 12 de marzo de 1938.
[38] "Lo que significa el plato único como afirmación de confraternidad hispano-argentina", Falange Española, 12 de junio de 1937.
[39] "Lo que significa el plato único como ayuda espiritual y moral a los niños huérfanos de España", en Falange Española, 12 de junio de 1937.
[40] Sobre el desarrollo del anticomunismo en la Argentina durante los años de entreguerras véase los recientes trabajos de Mercedes López Cantera (2022; 2023).
[41] "Infiltración hitlerista", Democracia, 7 de febrero de 1939.
[42] "Epidemia nazi", Democracia, 9 de febrero de 1939, p. 7.
[43] Diario de sesiones de la Cámara de Diputados, 1939, Tomo I, 7ª sesión ordinaria del 9 de junio de 1939, p. 420. El concepto fue utilizado en la sesión por el diputado socialista Enrique Dickmann.
[44] "Los totalitarios de Coronel Suárez se agrupan en una entidad seudo nacionalista", en La Vanguardia, 10 de octubre de 1942. Honorable Cámara de Diputados de la Nación, Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas (1941-1943), Material de investigación, Prensa gráfica, Artículos, caja 17. Disponible en: https://docs.google.com/gview?url=http://apym.hcdn.gob.ar/uploads/comisiones-especiales/pdf/nazis/AA17C04037.pdf&embedded=true [última consulta: 6 de octubre de 2024]
[45] Diario de sesiones de la Cámara de Diputados, 1939, Tomo I, 6ª sesión ordinaria del 7 de junio de 1939, p. 477.
[46] "Dios los cría y ellos se juntan. Caudillos políticos y nazis calificados", Democracia, 18 de abril de 1939.
[47] Esa cuestión ha sido abordada, aunque no profundizada, en el ya clásico trabajo de Ronald Dolkart (1993).
[48] En efecto, si la posibilidad de una Internacional Comunista con epicentro en Moscú descansaba en la base teórica compartida por los partidos comunistas del mundo, no hubiera existido la misma posibilidad para una “Internacional Fascista” por provenir los múltiples movimientos a los que es posible englobar bajo esa categoría de tradiciones políticas diversas, así como por no existir un nodo tan claro para esa red ya que, como mínimo, habría aflorado la dicotomía entre Roma y Berlín.