Elisa Pastoriza y Juan Carlos Torre.Mar del Plata. Un sueño de los argentinos. Buenos
aires: Edhasa, 2019, 360 pp.
Por Rossana Campodónico
Área de Estudios Turísticos, Facultad
de Humanidades y
Ciencias de la Educación, Universidad
de la Republica,
Uruguay.
.
ISSN 1853-7723
Esta obra es la
culminación de una larga investigación, que profundiza un artículo que Pastoriza
y Torre publicaron hace más de 20 años en la colección Historia de la
vida privada en Argentina. El libro ofrece un recorrido por un extenso
período de la historia argentina que se inicia a fines del siglo XIX, cuando
Mar del Plata era un “lugar exclusivo de veraneo junto al mar” para las clases
altas argentinas. Los distintos capítulos nos presentan los cambios y las
permanencias que se dieron desde 1888 -con la inauguración del Hotel Bristol-
hasta fines de la década de 1960 cuando la ciudad balnearia acogió al turismo
de masas.
La investigación se
sustenta en un arduo y excelente trabajo de archivo en el que se rescatan
fotografías, mapas, notas de prensa y afiches publicitarios que son el reflejo
y la imagen de esa ciudad que se va transformando. Los distintos
acontecimientos políticos que refieren al período son tratados cuidadosamente,
con una sólida base documental, que permite demostrar los beneficios y los
perjuicios que los mismos significaron para la ciudad.
Presenta como un
elemento interesante la caracterización del veraneo en el mar que se dio en
Europa, el cual resulta muy semejante al caso de Mar del Plata. A lo largo del
texto también aborda esa larga relación compleja y a la vez complementaria de
los argentinos con Uruguay, primero representada en el turismo en la ciudad de
Montevideo y, posteriormente, en Punta del Este. La relación turística entre
ambos países es bidireccional y conforma un imaginario turístico peculiar
que trasciende ambos países como unidades nacionales, y que se centra en el
valor fundamental que tiene el río como elemento de separación y de unión a la
vez.
Los autores presentan
de manera versátil cómo las prácticas sociales devienen en prácticas turísticas
y cómo, con el trascurrir de las décadas, aquellas se vuelven a instituir como
nuevas prácticas sociales incorporando a nuevos grupos sociales de acuerdo con
las decisiones estratégicas tomadas por los distintos gobiernos (central y
provincial).
De ahí la importancia
para Mar del Plata de las políticas llevadas adelante por el peronismo a partir
de 1946, cuando se intentó promover al balneario mediante los programas de
turismo social, aunque no tuvieran el éxito esperado en sus comienzos. Así
también, la centralidad que tuvo la Ley de Propiedad Horizontal de 1948, que
significó una apuesta a la integración de las clases medias y, por tanto, al
turismo de segundas residencias.
Durante la década de
1950 entró en juego el componente cultural como un elemento que amplió la
oferta turística de la ciudad, representado en el emblemático Festival
Internacional de Cine en 1954- siguiendo como debía ser el ejemplo de los
balnearios europeos- a lo que debe agregarse una activa vida cultural que se
sostuvo en el tiempo.
La década de 1960
presentó a la ciudad nuevos desafíos. Entre ellos, el apogeo de otros destinos
turísticos como Villa Gesell que se convirtió en un refugio de los jóvenes,
marcando de esta manera una ruptura con la tradicional Mar del Plata y
ofreciendo un ámbito para un turismo más transgresor y rebelde. Mientras que,
paralelamente, las clases más pudientes se refugiaron en Punta del Este
apostando a la consolidación de un balneario de élite.
La lectura del libro
es ágil y amena lo cual permite al lector transitar cómodamente por un análisis
profundo de la sociedad argentina, vista desde la perspectiva marplatense.
Organiza la historia de una ciudad balnearia basada en la trilogía: playa,
casino y sociabilidad, la cual va aceptando las transformaciones dadas por el
tiempo y los cambios ocurridos en el espacio. En la percepción de esa
multiplicidad de lugares que van conformando la ciudad, se establecen
determinados “espacios” que corresponden a sectores sociales distintos pero que
se amparan bajo un mismo slogan “Mar del Plata de todos y para todos”.