MARTIN BERGEL
(COORD.), LOS VIAJES LATINOAMERICANOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA. ROSARIO: HAY
EDICIONES, ROSARIO, 2018, 260 PP.
Universidad de
Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Historia
CONICET - Universidad
de Buenos Aires. Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio
Ravignani"
Buenos Aires,
Argentina.
ISSN 1853-7723
El libro coordinado por Martín Bergel nos propone adentrarnos en la
dimensión latinoamericana y global de la Reforma Universitaria de 1918 a partir
de entenderla como un “campo imaginario que se desplazaba involucrando y
contaminando nuevos escenarios”. En la década de 1920, el “viaje reformista”,
reforzado con otras prácticas como la correspondencia, las publicaciones y las
conferencias, construyó canales de diálogo que le otorgaron esa dimensión. En
este libro, su análisis ofrece una perspectiva de la conformación y dinámica de
una red latinoamericana de intelectuales que compartían una sintonía de ideas
pero que a la vez enraizaron en discusiones locales.
Por su papel de difusor y referente de la juventud, los viajes de
Palacios fueron centrales en la promoción de estas redes cuyos participantes se
reconocieron como interlocutores de un mismo proyecto, antimperialista y
popular. En sus viajes a Uruguay, Brasil, México, Panamá, Colombia, Perú, y
Bolivia Juan Suriano sigue las estaciones del reformismo de Alfredo Palacios,
destacando su viraje de un discurso centrado en la universidad como espacio
social específico a otro articulado por el latinoamericanismo y
antiimperialismo. Con esta perspectiva, Bergel analiza el viaje iniciático a Uruguay,
Argentina y Chile de otra figura central del reformismo latinoamericano, el
joven político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre. Examina los discursos y
los rituales que lo invistieron como la expresión virtuosa de los imaginarios
estudiantiles de renovación y lo proyectaron como líder político. Esa dinámica
creó lazos, definió identidades, acumuló credenciales políticas e intensificó
en sus discursos el reformismo de sensibilidad americanista.
Los viajes de dos referentes del proceso intelectual mexicano, José
Vasconcelos y el dominicano Pedro Henríquez Ureña, fortalecieron los lazos de
intercambio con la Argentina. Los análisis se concentran en sus discursos
–tesis, conferencias y ensayos-, para señalar sintonías y diferencias con las
sensibilidades reformistas argentinas. Jorge Myers plantea que Henríquez Ureña
fue un precursor de la Reforma, que trazó lazos con la nueva generación con su
enfoque americano-humanista en clave juvenilista y antiimperialista. Para
Alejandra Mahile, la lectura de Vasconcelos de la identidad nacional argentina
en clave de raza y mestizaje indo-hispánico -paralela a la de Ricardo Rojas-
facilitó su comparación con la mexicana y contribuyó a reforzar la unidad
hispanoamericana. Las derivas de este lazo entre ambos países son analizadas
por Gustavo Sorá a partir del proyecto editorial del argentino Arnaldo Orfila
Reynal. Su viaje en los años veinte al Primer Congreso Internacional de
Estudiantes en México, y su posterior gira por La Habana, Nueva York, París,
Lisboa y Rio de Janeiro cimentaron un círculo de sociabilidad que le facilitó,
décadas después, el desarrollo de sus proyectos editoriales en ese país.
México fue un destino articulador de estas redes. Según Silvina Cormick,
allí la chilena Gabriel Mistral fue coronada como mediadora cultural entre
ambos países. Fue el corolario lógico de sus propuestas educativas: sus
experiencias en Punta Arenas, como directora del Liceo Femenino, y luego en
Temuco, habían definido su ideario de lucha por la democratización educativa, que
incorporó los tópicos centrales de la Reforma: idealismo renovador, juvenilismo
y la figura del maestro.
Las redes como mecanismo de expansión de la reforma son el eje de los
análisis de Manuel Muñiz sobre Juan Antonino Mella, artífice del movimiento
reformista en la Universidad de La Habana, y de Carlos Suárez sobre Germán
Arciniegas, referente de ese movimiento en Colombia. Suárez explora los
paralelos entre distintas experiencias nacionales trazados en la
correspondencia de Arciniegas con los argentinos Héctor Ripa Alberdi y
Francisco Romero. Muñiz examina cómo la trama de sociabilidades locales
potenció en la isla las ideas y prácticas reformistas de los docentes y
estudiantes que, a través de lecturas y publicaciones, daban “acceso a las
ideas de Córdoba”. La figura de Mella es retomada a través de sus cartas
personales publicadas y de su papel como receptor de los viajeros reformistas.
La conexión entre el reformismo educativo y la política es el ángulo con
el que Pablo Stefanoni añade en este
escenario a Bolivia. A través del análisis los nuevos polos de sociabilidad
política - la Federación Universitaria de la Paz, el semanario Insurretix
y los arielisas potosinos-, resultado del impacto de los viajes de Alfredo
Palacios y Manuel Seoane, reconstruye las diversas trayectorias partidarias
-como la nacionalista o la socialista - de los jóvenes vinculados con estos
grupos.
Finalmente, Michael Goebel aborda la experiencia de la Asociación
General de Estudiantes Latinoamericanos de París en el clima anti-imperialista
de los años 20 y abre la pregunta sobre el impacto global del movimiento. El
examen de sus redes de sociabilidad le permite seguir el proceso de
construcción de una conciencia generacional latinoamericana que buscaba superar
estrecheces regionales amalgamando ideas antiimperialistas y
latinoamericanistas. Así, muestra cómo las tensiones internas y externas de una
asociación regional que defendía los intereses nacionales de quienes la
componían definieron la práctica del latinoamericanismo fuera de la región.
En suma, el libro ofrece un mosaico de experiencias locales articuladas
por un movimiento de viajes regionales y globales, de personas y de discursos,
que compusieron un clima de sensibilidad social, juvenilista,
latinoamericanista y antiimperialista.