REPENSAR EL 83'

 

MARCELA FERRARI

Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales,

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas.

Mar del Plata, Argentina

 

Daniel lvovich

Universidad Nacional de General Sarmiento,

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Buenos Aires, Argentina

 

PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,

Año 16, N° 31, pp. 3-8

Enero-Junio de 2023

ISSN 1853-7723

 

La recuperación democrática fue interpretada hasta hace poco tiempo como un momento bisagra, fundante, a la luz de las rupturas que, sin dudas, implicó. Sólo recientemente se lo inscribió en ciertos procesos de continuidad. En ese registro, nos interesa en este dossier analizar de qué manera un conjunto de actores enfrentó la coyuntura que se abría con el derrumbe de la dictadura y los desafíos que implicaba la reconstrucción institucional, con prácticas impregnadas de formas “viejas” o autoritarias que la recuperación democrática impugnaba o demandaba renovar.

Nuestra hipótesis es que mientras algunos se lanzaron con decisión a enfrentar las rémoras del pasado autoritario y otros procuraron ralentizar las transformaciones o se opusieron a ellas, cada uno portaba características organizativas, discursos, acciones, representaciones que les eran propias, con las que habían transitado un pasado inmediato que había dejado huellas en su interior y formaba parte de un bagaje de experiencias que, en forma consciente o naturalizada, activaban en democracia e impactaban en ese universo en construcción.

Los artículos que siguen buscan dar cuenta de estos supuestos. Sacan a la luz algunas cuestiones que merecen volver a ser consideradas, aunque de modo somero. Proponemos repensar la idea misma de transición, en singular y con carga algo etapista y reemplazarla por la de reconstrucción democrática. La idea de transición muestra claramente limitaciones, y resulta evidente que, al menos, debe pronunciarse en plural: distintos ámbitos, instituciones, regiones, muestran velocidades y ritmos muy diversos en que se conjugaron los cambios democráticos, siempre con el fondo de densas continuidades que en aquel momento -y, en ocasiones, hasta hoy mismo- mostraron su perdurabilidad.

La recuperación democrática requería de un relato fundacional que opusiera, punto por punto, el régimen renaciente con la dictadura que acababa de terminar, o con un largo período de crisis, inestabilidad y violencia, algunos de cuyos momentos icónicos resultaban evidentes, pero cuyo punto inicial no era sencillo de nombrar. Pero, tal relato contrastaba necesariamente con la existencia de marcadas continuidades.

Mucho tuvo que ver en ello el control del traspaso del gobierno por parte de las Fuerzas Armadas, en un intento por el contrariobalancear a una sociedad movilizada, que protestaba en pos de demandas concretas y, a la vez, custodiaba la entrega del poder. En ese contexto, los partidos políticos, como muestra el artículo de Marcela Ferrari, que abre el dossier, no sólo habrían sido protagonistas privilegiados del sistema representativo, sino también canales para contener la acción colectiva, enfrentando la coyuntura con los elementos y los elencos con que contaban, sumando algunas propuestas novedosas. Siguiendo las plataformas de los partidos mayoritarios, Claudio Belini y Milagros Rodríguez dotan de contenido a la competencia electoral, al analizar la oferta del peronismo y el radicalismo en materia económico-financiera ante la crisis heredada de la dictadura; esto les permite avanzar en las estrategias escogidas y matizar afirmaciones acerca de la similitud de ambas propuestas. Derivado de lo anterior, el dossier se introduce en el mundo del trabajo y la pregunta que atraviesa el ensayo de Daniel Dicósimo permite reflexionar, a partir de producciones clásicas y actualizadas sobre el tema, acerca de cuánto de nuevo y de viejo tuvo la política sindical del gobierno de Raúl Alfonsín, plagada de tensiones y conflictos, a la vez que condicionada por dificultades para controlar las variables macroeconómicas.

Otros artículos de este dossier realizan un balance de las persistencias y transformaciones que se dieron en instituciones estatales, inherentes a su propia lógica, según la cual funcionarios, investigadores, profesores permanecen habitualmente en sus cargos a lo largo de carreras laborales y profesionales que atraviesan décadas y regímenes políticos. De ello deriva el diálogo fructífero entre los trabajos de Natacha Bacolla y Mariana Tettamanti, que indagan acerca de la normalización del sistema universitario en la democracia recuperada, y de Daniel Lvovich y Ana Belén Zapata, cuyo objeto de estudio son las condiciones de producción historiográfica durante el retorno democrático. El primero, se aboca a las limitaciones para poner en práctica las leyes que avanzaban con sentido democrático para transformar la universidad al comienzo del alfonsinismo y la mirada se posa en diferentes casas de altos estudios, facultades y elencos por claustros. El segundo, matiza la profundidad de los cambios aportados a la producción histórica tanto desde el CONICET como desde las universidades, demostrando que fueron menos amplios de lo que generalmente se considera, señalando la existencia de marcados elementos de continuidad y advirtiendo notables diferencias en los ritmos de renovación en distintas universidades del país.

Finalmente, un último bloque remite a la discusión siempre vigente sobre la tramitación de las violaciones a los derechos humanos en dictadura y la justicia transicional, desde enfoques novedosos. El artículo de María José Sarrabayrouse Oliveira, como los anteriores, se inscribe en la lenta posibilidad de transformaciones de las instituciones estatales. Coloca el foco en la burocracia judicial, la ralentización de sus acciones en un caso concreto vinculado a la desaparición de personas a partir de la indagación de documentos y de la red de funcionarios del poder judicial. Por último, Emilio Crenzel analiza manifestaciones que tendían a justificar los crímenes y a prolongar las argumentaciones esgrimidas durante la dictadura durante los años de consenso del Nunca Más, lo que le permite inscribir el negacionismo actual de los crímenes de Estado en una trayectoria que nace prácticamente en paralelo con aquel pacto fundante.

En conjunto, estas lecturas recorren una agenda enriquecida tanto por su temática como por las perspectivas analíticas del “momento ‘83”. Muestran la necesidad de introducir conceptos como adaptación o acomodación que se desplegaron como parte de los discursos, las prácticas y las estrategias de los actores durante la recuperación y los primeros años de reconstrucción democrática. La visión optimista y rupturista cede lugar a una más realista. Lo que aquí se pone de manifiesto es que tras una dictadura en la que las actitudes más habituales no fueron de resistencia total ni de complicidad absoluta, la apertura democrática se produjo en práctica de manera algo menos definida de lo que se pretendía desde el prisma idealizado y performativo de un sistema político con el que “se come, se cura y se educa” frente a un autoritarismo que negaba esas posibilidades. Se contribuye a mostrar que, junto al futuro/presente que se abría, persistían una serie de elementos, actores, prácticas y voluntades que tanteaban posibilidades y procedían con arrojo pero también con incertidumbres en esa democracia que se estrenaba en 1983.