Leonardo D. Hirsch, La consagración de los partidos: Política y representación en la provincia de Buenos Aires, 1870-1900. Buenos Aires: Sb Editorial, 2021, 236 pp.
Por Nicolás Motura
PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 15, N° 29, pp. 142-144
Enero- Junio de 2022
ISSN 1853-7723
En el presente libro, Leonardo David Hirsch da cuenta de cómo fue ese lento proceso de consagración de la figura del partido en la arena pública, y procura matizar el carácter rupturista, que las interpretaciones sobre la ley electoral Sáenz Peña de 1912 instalaron en el imaginario popular. Para ello recurre a un caso sub-nacional (el de la provincia de Buenos Aires), como forma de profundizar ciertas particularidades que son desdeñadas cuando se aborda el problema desde una perspectiva nacional.
El trabajo es producto de su tesis doctoral, defendida en 2017, y realiza un recorrido por los debates y las prácticas electorales en la Argentina de finales del siglo XIX. Está dividido en dos partes: una dedicada a los debates de los publicistas y las convenciones constituyentes de 1873 y 1883; y la otra que analiza la mutación de las organizaciones partidarias -con sus elecciones y campañas- y busca abordar el escurridizo y siempre actual problema de la representación política.
En el primer capítulo se analizan los debates de la Convención Constituyente de 1873, que introdujo el régimen de representación proporcional. Si bien el autor pasa revista a los fundamentos teóricos de tal innovación, señala que ésta fue más resultado de una experimentación que de una decisión deliberada. No obstante, la idea del partido como representante de ciertos intereses no era aún del todo aceptada.
En el segundo capítulo examina cómo, posteriormente, una segunda reforma (1883) y una ley electoral sucedánea (1896) pusieron nuevamente en el tapete el problema de la representación. La alta abstención en los comicios y las dificultades ocasionadas por la indisciplina partidaria tendieron a revalorizar a las organizaciones estables. De agentes de la disgregación a principios del siglo XIX, a finales del ochenta los partidos comenzaron a ser percibidos como posibles mediadores de intereses contrapuestos. En esto contribuyó la caída de las concepciones unanimistas de la política, y la necesidad de canalizar el conflicto por las candidaturas en el seno de la élite, a fin de evitar los estallidos revolucionarios.
Ya en la segunda parte del libro, en el tercer capítulo, se desarrolla el proceso de metamorfosis que se produjo en el pasaje del club electoral al partido. Aquí Hirsch señala que la gran innovación fue la introducción de las cartas orgánicas –no de las convenciones como comúnmente se afirmaba- que instalaron la idea del partido-comunidad. Los partidos comenzaron a ser pensados por encima de los hombres, imitando las características organizativas de los Estados Nacionales.
En el cuarto capítulo, se analizan las campañas electorales en ese proceso de mutación del club al partido, poniendo el foco en el proceso que fue del predominio del candidato notable a la legitimación por parte de la fuerza partidaria. Allí se abordan las diversas estrategias que las fuerzas en pugna desplegaron para difundir su propuesta, como las giras, la cartelería y los mítines, que consagraron a los partidos como la organización por excelencia.
Finalmente, en el epílogo el autor reúne los argumentos suficientes para poner en tensión la dimensión disruptiva de la reforma de 1912. Esta fue resultado de un largo proceso de experimentación, en el cual la provincia de Buenos Aires fue uno de los laboratorios privilegiados. Resulta interesante la revalorización que el autor hace de los conservadores. Comúnmente se los asocia a los peores vicios de la política, sin embargo, aquí se les rescata su incesante interés por mejorar los mecanismos representativos para sortear los conflictos.
En síntesis, la obra constituye un valioso aporte a la historia política argentina, que se complementa con trabajos ya considerados clásicos como el de Hilda Sabato (su directora de tesis y prologuista del libro), Paula Alonso, Natalio Botana y Martín Castro, por mencionar algunos. De impecable edición y escritura, en poco tiempo se convertirá, sin duda, en obra de referencia para quienes deseen adentrarse en los avatares de la política decimonónica.