REINVENTAR LA CONSTRUCCIÓN POLÍTICA. LOS PERONISTAS DE MERCEDES (BUENOS AIRES), 1955-1966

 

LEANDRO GERVINI

Universidad de Buenos Aires

Buenos Aires, Argentina

 

PolHis, Revista Bibliográfica Del Programa Interuniversitario De Historia Política,

Año 15, N° 29, pp. 37-67

Enero- Junio de 2022

ISSN 1853-7723

 

Fecha de recepción: 24/05/2022 - Fecha de aceptación: 12/08/2022

 

Resumen

Este artículo se propone aportar a la comprensión de las estrategias desarrolladas por el peronismo para permanecer políticamente activo luego de su proscripción, a través de la escala local. Para ello se sitúa en la ciudad de Mercedes (Buenos Aires).

Debido a que el peronismo no contaba con los recursos de la administración del Estado, sostenemos que su apoyo no podía cimentarse en la extensión de derechos o la realización de obras públicas. A partir del concepto de “vida partidaria” acuñado por Nicolás Quiroga, afirmamos para el caso de Mercedes que la defensa de los principios y derechos ligados al peronismo y la lealtad hacia el líder exiliado se combinaron con cierta flexibilidad para buscar alianzas con sectores que habían sido desplazados durante su gobierno. Asimismo, la organización de tareas de carácter social y político contribuyó a mantener la presencia en la comunidad y evitó que ese espacio fuera ocupado por los partidos que se disputaban el mismo electorado.

 

Palabras Clave

Política – Partido – Reorganización – Peronismo – Historia Local

 

REINVENTING POLITICAL CONSTRUCTION. THE PERONISTS OF MERCEDES (BUENOS AIRES), 1955-1966

 

Abstract

This article aims to contribute to the study of Peronism. It focusses on its strategies to stay politically active after its proscription at a local scale. The research is based in the city of Mercedes (Buenos Aires Province).

Taking into consideration that the Peronism did not count with the resources of the public administration, its support could not be based on the extension of rights or public works. Using the concept of “Vida Partidaria”, proposed by Nicolás Quiroga, we claim that in Mercedes the defense of the principles and rights tied to Peronism and the loyalty to the exiled leader was mixed with a certain flexibility to seek alliances with sectors that had been displaced during its administration. Also, the organization of social and political tasks contributed to maintaining its presence in the community and prevented other parties, that disputed the same electorate, from occupying that place.

 

Keywords

Politics – Party – Reorganization – Peronism – Local History

 

REINVENTAR LA CONSTRUCCIÓN POLÍTICA. LOS PERONISTAS DE MERCEDES (BUENOS AIRES), 1955-1966[1]

Introducción

El golpe de Estado que derrocó al presidente Juan Domingo Perón en septiembre de 1955 suprimió la organización partidaria del peronismo y desató una andanada de denuncias, investigaciones y persecuciones contra los integrantes de esa fuerza. Como sostienen Juan Ladeuix, Julio César Melon Pirro y Nicolás Quiroga (2014, pp. 2-3), los peronistas intentaron construir una organización partidaria en el período 1955-1966 basados en formas de dirimir disputas en el pasado. Sin embargo, eso no puede ocultar que la pérdida del poder estatal, la persecución y la proscripción los obligaron a adoptar nuevas estrategias para sostener el apoyo popular por un lado y poder participar de las elecciones por el otro. No obstante, analizar ese proceso desde el concepto de institucionalización como propuso José Marcilese (2016, pp. 255-256)[2], dificulta la comprensión de las efectivas prácticas de los peronistas porque intenta pasarlas por el prisma de ciertos modelos ideales de partido, según señala Fernando Balbi (2007, p. 20). Por otra parte, como destacan Ladeuix et al. (2014, p. 8), los peronistas carecían de una estructura partidaria clandestina y estuvieron sujetos constantemente a las ambigüedades de los dirigentes locales y del propio Perón para darse una organización, sobre todo después de las elecciones de julio de 1963. En ese mismo sentido, Anabella Gorza afirma que “la decisión de reactivar la herramienta partidaria en determinados momentos respondió a un aprovechamiento de la estructura de oportunidades” (2017, p. 145).

El objetivo de este artículo es aportar a la comprensión de la supervivencia del peronismo y su capacidad de adaptación a través de la historia local, entendida como una escala de análisis de hechos que se insertan e interactúan en un entramado más complejo (Salomón 2011, p. 6). Los estudios a ras del suelo permiten observar cómo los lazos sociales y políticos se articularon de diferentes formas con el marco represivo, y cómo surgieron otras formas de resistencia que no estuvieron ligadas a la violencia ni al accionar sindical, sino que utilizaron la sociabilidad política.[3] Actualmente son muy pocos los trabajos que abordan esta cuestión desde el ámbito local. Nuestra investigación está centrada en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires. En 1955 era un importante centro administrativo y judicial, bien comunicado con la Capital Federal.[4] La presencia de múltiples instituciones estatales y confesionales la diferenciaba de otras ciudades bonaerenses de similar tamaño. Pese a que el apoyo al peronismo en esa localidad se redujo con respecto a los tiempos en que era el partido gobernante, fue suficiente para ganar las elecciones en las que pudo participar. Considerando que ese vínculo con el electorado no podía cimentarse en la extensión de derechos o la realización de obras públicas que están reservados a aquel que ocupa el poder estatal, es necesario desentrañar de qué forma se sostuvo. Renunciamos a explicarlo a través de la “concentración” o “dispersión” del carisma del líder (Arias y García Heras 1993, p. 96) porque consideramos que es insuficiente para dar cuenta de los diferentes intereses, conflictos y escenarios que integraron el período estudiado. La misma objeción aplica al argumento basado en que los políticos y sindicalistas peronistas se mantuvieron dentro de la fuerza y siguieron reconociendo el liderazgo de Perón ya que sin él no hubiesen tenido una carrera política (Amaral, 1993, p. 284). Tampoco buscamos apelar a criterios de los que se abusa fácilmente, como el de notabilidad (Marcilese, 2012, p. 54 y 2014, pp. 4 y 17), porque no permiten explicar la complejidad del entramado social y las opciones políticas de los actores involucrados. Utilizaremos como marco de referencia el concepto de "vida partidaria", acuñado por Quiroga (2014, pp. 83-84). El autor lo explica como una noción que

Trata de caracterizar bajo un mismo nombre prácticas políticas o sus productos que en algunos períodos estuvieron articuladas con la organización del partido madre o con los organismos supralocales de decisión: festividades; procesos de negociación política; actos políticos; campañas electorales, pero también mecanismos formales e informales de selección de candidatos; procesos locales de alterización; gestiones creativas para la construcción de instituciones tendientes a generar sociabilidades de diferente naturaleza; manifiestos y programas; convenciones sobre la disciplina y la identidad, etc.

Veremos que la defensa de los principios y derechos ligados al peronismo y la lealtad hacia el líder exiliado tuvo que combinarse con cierta flexibilidad para buscar alianzas con sectores que habían sido desplazados durante su gobierno o que nunca pertenecieron al mismo. La organización de tareas de carácter social y político, incluso en momentos de escasas perspectivas de participación electoral, contribuyó a mantener la presencia en la comunidad y evitó que ese espacio fuera ocupado por los partidos que disputaban el mismo electorado. Era “un poder político en situación de espera”, pero “polimorfo y dinámico”, como señala Julio César Melón Pirro (2011, p. 73).

Podría argumentarse que la ausencia de competencia interna se relacionaba con la cantidad de militantes efectivos que el peronismo poseía en la ciudad de Mercedes. Sin embargo, surgieron desafíos por parte de otros sectores. Esto es un indicio de que el partido como tal no era necesariamente el vehículo o el molde para representar al peronismo, sino que en cada momento histórico se generó una dinámica distinta de representación partidaria, pero siempre alrededor del mismo núcleo de dirigentes.

Utilizamos como fuente a la prensa local, destacando que dos de los diarios eran voceros del peronismo: Mercedes y Nueva Era. El primero era propiedad de un ex senador provincial y fue clausurado en 1956. Volvió a circular a comienzos de 1958. Su materialidad editorial[5] era semejante a la de otros semanarios peronistas de la época, donde la información general estaba ausente y se reproducían noticias partidarias o gremiales destinadas a un público militante. En cambio, el diario Nueva Era, perteneciente a un ex diputado nacional, mantuvo un perfil similar a la prensa local no peronista, incluyendo noticias de la ciudad que no tenían que ver exclusivamente con la actividad política o gremial. La circulación de estos era legal, aunque en las páginas del diario Mercedes se quejaban de la dificultad para conseguir insumos y en alguna oportunidad denunciaron el encarcelamiento de su director.

También utilizamos como fuente dos legajos de causas judiciales que involucraron a peronistas de Mercedes y que tramitaron en los tribunales locales. Como sostiene Juan Manuel Palacio (2021, p. 11), los juicios hablan “de las costumbres sociales de una comunidad ... sus valores y creencias ... de los arreglos familiares y laborales ... de la relación entre el Estado y los individuos y de cómo se ejerce este poder normativo”. En este caso, nos ofrecen indicios de cómo se reconstituyeron las relaciones entre los peronistas y otros actores sociales y cómo la solidaridad frente a la persecución estatal también es un acto político.

Los informes de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) otorgan la posibilidad de acceder a los datos que la policía recopilaba en cuanto a edad, ocupación y lazos parentales, lo que permite reconstruir en parte el rompecabezas de los vínculos personales más allá de la filiación política. Aporta datos sobre los encuentros y actos de campaña, incluyendo fragmentos de discursos, que nos permiten acercarnos de otra forma a la sociabilidad política de los peronistas. Al tratar con este archivo intentamos tener presente la advertencia de Quiroga sobre el riesgo de "poner en un mismo plano la narrativa político-burocrática de los espías y la investigación histórica, y así confundir dos formas 'detectivescas' de análisis" (2015, p. 159).

Por último, entrevistamos individualmente a los hijos de dos dirigentes de la época  para acceder a datos de su biografía política que estaban ausentes en las otras fuentes.

Alianzas en tiempos difíciles

El 26 de julio de 1956 el sacerdote José Luis Francescutti ofició una misa en memoria de Eva Perón, al cumplirse el cuarto aniversario de su muerte.[6] La ceremonia religiosa se realizó a pedido de Raúl Regueiro, exconcejal peronista y exdirigente del Sindicato de Trabajadores Municipales de Mercedes. Una vez finalizada, el sacerdote fue interrogado por la policía, que detuvo a Regueiro, acusándolo de violar el decreto 4161 sancionado en marzo del mismo año.[7] En su declaración, Francescutti sostuvo que no podía discriminar a un feligrés que solicitaba una misa por una difunta en función de su ideología política. El amparo espiritual de la Iglesia estaba por encima de ello. Por otro lado, el acto se realizó dentro del templo “San Luis Gonzaga” sin que se realizara ningún tipo de manifestación por parte de los concurrentes, aproximadamente cien personas, en su mayoría mujeres según el cura.

La declaración del padre Francescutti y su cercanía con el obispo Serafini, de quien era secretario privado, motivaron que el abogado de Regueiro, Juan Martín Guidi, adoptara una estrategia singular. Además de la presentación que realizó frente al juez civil para que liberasen a su cliente, inició una causa el día 27 en el tribunal de la curia episcopal, sosteniendo que el derecho laico estatal estaba avanzando sobre el derecho universal eclesiástico. El Estado, sostenía el abogado, se estaba extralimitando en sus funciones al intentar punir un deber de conciencia, en este caso una misa en memoria de un difunto. La autoridad espiritual correspondía solo a la Iglesia, por lo que solicitaba al obispo su intervención para que se respetara la libertad individual y de conciencia de Regueiro.

El juez Ratti Quintana liberó a Regueiro al día siguiente de la presentación de Guidi y lo sobreseyó definitivamente el 18 de octubre, estableciendo que el acto no se encuadraba en las previsiones del decreto 4161.[8] No podemos valorar cuánto influyó en la decisión del magistrado el hecho de que existiera una causa en un tribunal eclesiástico y que el sacerdote involucrado fuese el secretario privado del obispo. La acción llevada a cabo por Guidi buscaba colocar del mismo lado a la Iglesia y el peronismo. El restablecimiento de esa alianza era muy importante, en una ciudad que oficiaba de sede del arzobispado y en un momento de gran persecución hacia el peronismo. La presentación realizada por el abogado fue, en ese sentido, un acto de construcción política más que un recurso jurídico. La dimensión simbólica también debe ser destacada. Las misas en memoria de Evita eran parte del ceremonial peronista, por lo tanto, fue una forma de reforzar su identidad política frente a un gobierno cuyo objetivo era hacerla desaparecer.

Analizaremos otra causa en la que los vínculos del pasado se ven reflejados en un acto de solidaridad frente a la persecución de la Revolución Libertadora, pero ese acto también se proyectará hacia el futuro como una acción política que reforzará los lazos entre dirigentes de la misma sección electoral de la provincia.

El 2 de diciembre de 1955, el abogado Amer Iriart se presentó en el juzgado de Francisco José Falabella para constituirse en fiador de César Alberto Albistur Villegas, exintendente de Morón, quien se encontraba detenido en la Unidad 5 de Mercedes.[9] Luego de la apelación del fiscal, fue puesto en libertad el 16 de febrero de 1956, fijándose un monto de cien mil pesos moneda nacional como garantía a cargo de Iriart. Albistur se fugó a Chile, donde vivió hasta principios de mayo de 1958.

El juez de la causa inició un incidente para la ejecución de la fianza. Esto motivó un sinnúmero de apelaciones y recursos jurídicos por parte de Iriart para evitar el desembolso. La policía no detectó a Albistur Villegas a su regreso al país en 1958; fue detenido más de dos años después, en octubre de 1960. Estuvo preso hasta diciembre de ese año, cuando finalmente fue sobreseído.[10] Por lo tanto, el incidente por el cobro de la fianza quedó sin efecto e Iriart logró evitar el pago de los cien mil pesos moneda nacional.

Un primer análisis de la fuente indica que fue un comportamiento solidario entre compañeros. Pero también podemos entenderlo como una acción tendiente a sostener vínculos políticos a largo plazo. Los partidos de Mercedes y Morón se ubicaban en la primera sección electoral y la relación entre los dirigentes peronistas que no aceptaban otro liderazgo más que el de Perón fue muy importante para mantener la cohesión, tanto frente a los desafíos externos que buscaban captar el voto peronista (Partido Laborista, Unión Popular), como frente a las líneas internas que les disputarían la conducción más adelante. El exintendente de Morón mantenía una relación política y de amistad con Juan Domingo Perón, con quien estuvo en contacto epistolar permanente, tanto durante su exilio en Chile, como a su regreso a la Argentina.[11] El abogado mercedino construyó su carrera política proyectándose en el ámbito provincial, primero como concejal, luego como diputado en la legislatura bonaerense y finalmente como juez de la Suprema Corte de Justicia de la provincia, para lo que era imprescindible obtener el apoyo de los políticos de la primera sección.

Proscripción, voto en blanco y represión

Las victorias que los dirigentes peronistas mercedinos obtuvieron en los tribunales, sirvieron para nuclear a la nueva agrupación política en torno de unas pocas figuras conocidas, ex funcionarios municipales y otros militantes que no habían ocupado cargos políticos. Algunos de ellos eran abogados y esta profesión predominaría entre los dirigentes que se irían sumando a lo largo de la década. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo influyeron los vínculos profesionales en la sociabilidad política. No poseemos fuentes para sostener una conclusión indubitable, pero la importancia de los abogados también entre las filas de la UCRP y de los conservadores nos indica que esa profesión ejerció como amalgama de aquellos que se dedicaron a la "vida partidaria", hecho que no sucedió durante la etapa del peronismo en el gobierno.

Las elecciones para convencionales constituyentes convocadas para el 28 de julio de 1957 fueron las primeras en las que el peronismo estaría ausente desde su creación.[12] El diario Mercedes se encontraba clausurado, por lo tanto, las páginas de Nueva Era fueron el canal de expresión de los proscriptos.[13] El discurso tuvo dos ejes, por un lado, la ilegalidad de la convocatoria por parte del gobierno de facto, y por el otro la utilidad del voto en blanco. Se hizo especial énfasis en esto último, dándole un carácter positivo, explicando que era una opción a favor de la pacificación y el reencuentro de los argentinos, mirando hacia el futuro. También se convocó particularmente a las mujeres, recordándoles que el derecho a votar se conquistó durante el gobierno peronista y que no elegir un partido no significaba indiferencia, sino lealtad.

Los resultados de la elección en Mercedes favorecieron ampliamente a ambos radicalismos. La UCRP obtuvo 7.079 votos, la UCRI 5.591 y votaron en blanco 4.446 electores.[14] El laborismo apenas cosechó 271 sufragios. El peronismo no logró convencer con su discurso de votar en blanco, obtuvo el 19,33% de los votos, una magra cosecha contrastado con el 58,08% conseguido en abril de 1954.[15] Al plantear el voto en blanco como la expresión de quienes buscaban un futuro de reconciliación, en lugar de una forma de protesta contra el gobierno de facto y los partidos que aceptaban la proscripción, tuvo que competir con la UCRI. La postura crítica de Frondizi hacia el gobierno lo situaba como una opción más atractiva para expresarse en contra de las persecuciones, prohibiciones e incluso de las medidas económicas adoptadas desde el derrocamiento de Perón.

El peronismo mercedino no participó en la campaña para las elecciones presidenciales de febrero de 1958. El núcleo más activo de militantes se opuso a la orden de votar por Frondizi, pero no impulsó el voto en blanco.[16] Para los peronistas mercedinos, apoyar a la UCRI era una opción doblemente perniciosa: por un lado, contribuían al fortalecimiento del radicalismo, partido que tenía una fuerte inserción en Mercedes, pese a estar dividido circunstancialmente. Por otra parte, dejaban un espacio vacante que podía ser aprovechado por los partidos que competían por el electorado peronista, como el laborismo, cuyo representante local era Martín Reyes, hermano de Cipriano.

El candidato de la UCRI fue apoyado por el Movimiento Nacional Pro Frondizi Presidente, Filial Mercedes. En una solicitada aparecida en la prensa, sus integrantes se describían como procedentes de diferentes ideologías y militancias políticas, sin especificar cuáles, pero aclarando su independencia de la propia UCRI.[17] El principal impulsor era Julio César Gioscio.[18] Este hijo de inmigrantes italianos era un médico cirujano que en su juventud comenzó a militar en el nacionalismo. Con la aparición del peronismo, se pasó a sus filas y fue secretario general de una agrupación estudiantil durante sus años de estudio en la Universidad Nacional de Córdoba.[19] Luego de graduarse regresó a Mercedes, pero no tuvo actuación política y hacia 1955 se encontraba alejado del gobierno peronista. En 1958 se afilió a la Unión Federal, un partido nacionalista fundado en 1955, que había apoyado al gobierno de facto del general Eduardo Lonardi y cuyo principal dirigente era Mario Amadeo (Fares, 2007, pp. 31 y 48).

Los resultados electorales mostraron que la orden de Perón de votar a Frondizi tuvo un efecto dispar sobre los militantes mercedinos. Los votos en blanco para presidente alcanzaron un 11,93 %, un 7,39 % menos que en las elecciones de convencionales constituyentes. Para el cargo de intendente, la diferencia se redujo: el voto en blanco obtuvo el 14,23 %.[20] Pese a no contar con una organización formal, este porcentaje es un indicio de que existía un grupo que se nucleaba alrededor de las mismas ideas sobre el camino que debía seguir el peronismo. El desarrollo de los acontecimientos durante el primer año del gobierno frondizista pareció darles la razón.

El comentario editorial del diario Mercedes del 17 de noviembre trazaba un balance del apoyo a Frondizi por una parte “importante del peronismo”, llamándolo un “equívoco pronunciamiento”[21]. Reforzaba así la línea de oposición adoptada antes de las elecciones de febrero, pese a que eso significó desconocer una orden dictada por el propio Perón. La voluntad del líder exiliado colisionó con los intereses locales de los dirigentes mercedinos, que no optaron por volcarse hacia el neoperonismo, pero tampoco hicieron campaña por quienes podían perjudicar su futuro como opción política.

La organización de un nuevo partido

El 6 de diciembre de 1958 se realizó una asamblea de dirigentes y militantes peronistas en La Plata con el objetivo de conformar el Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires. En representación de Mercedes asistió Ángel Siri, quien formó parte de la comisión organizadora presidida por el sindicalista Federico Durruty (Marcilese, 2014, p. 4). Esta junta promotora avanzó en la redacción de una carta orgánica y una plataforma electoral, requisitos indispensables para gestionar luego la personería jurídico-política ante la justicia electoral del distrito provincial.

La misma junta fue la que impulsó la creación de los Centros de Acción Justicialistas para estimular la organización de los militantes de base. El objetivo era construir un partido político y consolidarlo para competir en las elecciones que debían realizarse en marzo de 1960. Para tal fin, se dispuso que en el mes de febrero de 1959 debían confeccionarse los padrones de afiliados a los Centros y posteriormente celebrar elecciones internas (Marcilese, 2014, p. 6). En Mercedes se convocó a una asamblea general de afiliados para constituir las autoridades partidarias, a celebrarse el 24 de mayo de 1959.[22] La nota estaba firmada por una comisión provisoria y decía estar cumpliendo con la segunda etapa de organización dispuesta por la junta promotora provincial. Otra convocatoria recomendaba llevar libreta de enrolamiento, por lo tanto, la convocatoria sólo abarcaba a la rama masculina.[23] El 22 de mayo se publicó una nueva invitación, firmada por José María Sosa Molina, convocando a la elección de autoridades del Centro de Acción Justicialista de Mercedes y aclarando que la misma se llevaría a cabo mediante el voto secreto y directo de los asambleístas.[24]

La elección de autoridades se llevó a cabo sin sobresaltos. Según la crónica de Nueva Era, hubo unos quinientos asistentes, entre hombres y mujeres, pese a que la rama femenina iba a organizarse por separado. El general José María Sosa Molina fue designado presidente honorario del Centro. Entre los presentes se encontraba el abogado Juan Martín Guidi y el delegado de la junta promotora provincial, Salvador de Renzi. La nota menciona que se votó de forma directa y secreta, pero no aclara si era una lista completa o se votaba a candidatos individuales a los cargos.[25] La comisión se conformó con veintidós personas, siendo su presidente el abogado David Blas Valerga. El secretario de actas, Argentino Valenzuela, era maestro y cuñado de Valerga. Solo tres de los nominados habían ocupado cargos políticos en la etapa previa.[26]

El 27 de mayo se convocó a la rama femenina para la asamblea que se desarrollaría el día 31. La misma sería presidida por Elena Nizan de Kubinsky, delegada de la junta promotora provincial del partido.[27] De las trece integrantes de la comisión, solo una tenía relación de parentesco con sus pares hombres: Yolanda Valenzuela estaba casada con David Valerga y era la hermana de Argentino.[28] Quedaban constituidos de esa forma los Centros de Acción Justicialista masculino y femenino. El Partido Justicialista de Mercedes comenzaba a actuar en la legalidad y en primer término necesitaba conquistar un lugar entre las opciones que poseía el electorado. Para ello emitieron un primer comunicado el día 5 de junio, firmado por ambas ramas, con algunas definiciones hacia el futuro. Luego de reiterar que Perón era el único conductor, afirmaron su convicción de no apoyar candidatos de otros partidos. En línea con la Junta Promotora provincial, propiciaban una amplia amnistía partidaria, pero dejaban en claro que la democracia era la única opción posible para retornar al gobierno.[29] De esta manera, sentaban su posición en la disputa interna del peronismo a nivel nacional.  La Junta Nacional Promotora del Partido Justicialista (JNPPJ) impulsaba la participación en elecciones con candidatos propios mientras que el Consejo Coordinador y Supervisor del Movimiento Peronista (CCS), supuestamente siguiendo instrucciones de Perón, se inclinaba por la abstención, alegando que el partido no estaba preparado aun para la contienda electoral (Marcilese, 2015, pp. 8-9).

En marzo, el presidente Frondizi declaró su oposición a que el peronismo participara libremente en elecciones. La justicia electoral lo impidió durante el año 1959 sucesivamente en Catamarca, Mendoza y Santa Fe. Pese a esto, el justicialismo en Mercedes continuó en campaña. El 28 de junio se realizó un acto en uno de los barrios más humildes de la ciudad, en el que se hizo entrega de útiles escolares y hubo discursos por parte de David Valerga, Celina De Filippis de Santana y José María Sosa Molina.[30] El 20 de septiembre realizaron otro acto en el mismo lugar y con las mismas características que el anterior.[31] Mientras tanto, Frondizi instruyó a los procuradores fiscales para que disolvieran y cancelaran la inscripción del Partido Justicialista, mediante el decreto 13462 del 26 de octubre de 1959.[32]

Las elecciones legislativas fueron convocadas para el domingo 27 de marzo de 1960. Los justicialistas realizaron intentos por impulsar públicamente la campaña a favor del voto en blanco, pero la policía se los impidió.[33] Desde las páginas del diario Mercedes, Ángel Siri llamaba a votar en blanco “con o sin orden”. Esa fue la segunda opción más escogida en Mercedes, con el 23,29% frente al 28,85% de la UCRP, el partido vencedor. En tercer lugar, quedó la UCRI, con el 16,57%. El laborismo obtuvo apenas el 1,01% de los votos. El Partido Conservador, que en 1958 alcanzó el 6,51% elevó su caudal hasta el 16,82%. La UCRP obtuvo 1.296 votos más que los sufragios en blanco. Esta diferencia fue la tercera más baja de la zona, detrás de Bragado, donde el voto en blanco superó al radicalismo del pueblo, y Luján, pero estuvo por encima de Chacabuco, Chivilcoy, Navarro, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco y Suipacha.[34] El justicialismo mercedino emitió un comunicado destacando su fidelidad a la democracia como única vía de expresión política y llamando al fin de las proscripciones y persecuciones.[35] El apoyo obtenido a través del voto en blanco evidencia que el nuevo grupo de dirigentes peronistas legitimó su lugar frente al electorado. La organización partidaria quedó trunca, pero la “vida partidaria” no cesó.

Del repliegue a la renovación, 1960-1962

La afirmación de la proscripción del Partido Justicialista por parte de Frondizi en las elecciones de 1960 estuvo acompañada de la represión en el marco del Plan CONINTES.[36] Luego de varios meses de silencio, el 14 de octubre de 1961 el Centro de Acción Justicialista emitió un comunicado denunciando que sus locales permanecían clausurados sin motivo, pese a poseer la personería política y al reclamo realizado ante las autoridades judiciales.[37] Por otro lado, aclaraba que el objetivo era presentar candidatos propios en las elecciones del año siguiente, y si eso no era posible, se adoptaría la estrategia más conveniente, siempre acatando lo que decidieran los organismos de conducción.[38] El domingo 22 de octubre se realizó un almuerzo en la quinta del matrimonio Iriart[39] al que concurrieron, según el informe policial, unas 1.200 personas.[40] La excusa era conmemorar un nuevo aniversario del 17 de octubre. La quinta de los Iriart y su casa en el centro de Mercedes se transformaron en puntos de reunión habituales de los dirigentes peronistas, en reemplazo de los locales clausurados.[41] Abrir una unidad básica dentro de una casa era parte del repertorio de la sociabilidad política peronista, pero en este caso se resignificó en una forma de resistencia.

Las restricciones que pesaban sobre el Partido Justicialista hicieron que el peronismo concurriera a elecciones en 1962 con el sello de Unión Popular, partido fundado en diciembre de 1955 por el excanciller Juan Atilio Bramuglia. El CCS realizó un acuerdo a nivel nacional con esa y otras fuerzas neoperonistas el 13 de octubre de 1961 (Marcilese, 2014, pp. 12 y 13). La fórmula para la gobernación de la provincia de Buenos Aires quedó integrada finalmente por el sindicalista textil Andrés Framini y el abogado Marcos Anglada. El gobierno de Frondizi llevaba como candidatos a dos mercedinos, Guillermo Acuña Anzorena para gobernador y su cuñado, Enrique Antonio Bulit Goñi, encabezando la lista de diputados nacionales. La UCRP también llevaba un político de Mercedes como primer candidato a la Cámara Baja, Alfredo M. Ghiglione. La lista presentada por el peronismo local incluiría una novedad entre los dirigentes que venían participando activamente luego de 1955.

El factor Gioscio

La lista de Unión Popular, encabezada por la fórmula Framini – Anglada, incluía a David Blas Valerga como candidato a senador provincial en el séptimo lugar. Amer Iriart estaba primero en la lista de concejales para Mercedes y Celina De Filippis de Santana ocupaba ese puesto en la de consejeros escolares, integrada también por Argentino Valenzuela y Mary Longarini de Iriart. Eran la expresión del grupo alrededor del cual se nucleó el peronismo de Mercedes luego de septiembre de 1955, en el que los vínculos políticos se entremezclaban con las relaciones familiares y profesionales. El hecho relevante era que el candidato a intendente de la ciudad, Julio César Gioscio, no pertenecía a ese círculo. Aun en junio de 1961 la inteligencia de la policía provincial lo catalogaba como “simpatizante del partido Nacionalista”.[42] Pese a que no existía ningún partido con ese nombre, es un indicio de que el cirujano mercedino no estaba militando en las filas del justicialismo. Al ungirlo como candidato, más allá de los motivos circunstanciales, los peronistas de Mercedes efectuaron una acción política que redefiniría el vínculo entre ese movimiento y la ciudadanía local. No planteamos que fueran conscientes de ello, sino que ese fue el resultado. Desde las elecciones del 18 de marzo de 1962 en adelante, Gioscio triunfaría en todos los comicios en los que participó hasta el año 1999, siempre como candidato del peronismo y para cargos locales.[43]

En este punto podemos interrogarnos sobre si existió alguna excepcionalidad en el personaje. Su actividad profesional lo vinculaba con diversos estratos de la sociedad mercedina y lo convertía en una figura conocida.[44] Sin embargo, esa característica era común a varios profesionales que actuaban en política, tanto peronistas como radicales y socialistas. No era un personaje carismático ni demagogo, sus compañeros y rivales lo definían como una persona leal y fiel a sus convicciones, pero con un carácter áspero y empecinado.[45] Por lo tanto, no existían factores vinculados a su profesión o a su personalidad que le otorgaran ventajas sobre sus competidores, tanto hacia el interior del partido como hacia las otras fuerzas. Sostenemos que el aporte de Gioscio al peronismo en 1962 radicó más en sus propuestas concretas que en la atracción de su figura. Su programa se enfocaba en la gestión local, basado en la participación de las sociedades de fomento, la pavimentación, la salud pública y la construcción de caminos por medio de cooperativas. No había ninguna referencia a Perón, ni a la proscripción, ni al “pulpo yanqui que nos gobierna”[46]. Como señala Damián Antúnez (2015, p. 101) en referencia a las elecciones de 1973, los vecinos valoraban las buenas gestiones municipales cuando tenían que decidir su voto. Al sumar a Gioscio a sus filas, los peronistas obturaron la posibilidad de que surgiera una opción electoral nucleada alrededor del cirujano, quien no ocultaba estar más interesado en el desarrollo local que en la suerte del líder exiliado.

El peronismo triunfó obteniendo el 37,25 % de los votos. La UCRI obtuvo el 29,70 % y la UCRP el 20,64 %. La Unión Conservadora retornó a un resultado más acorde con su caudal histórico, alcanzando el 6,58 %. El triunfo y la diferencia obtenida eran motivos para pensar que la apuesta por Gioscio como candidato resultó acertada. Logró conformar una primera minoría en una zona que no fue claramente favorable al peronismo. El partido Unión Popular triunfó en Chivilcoy, General Rodríguez y Luján, en estas dos últimas por escaso margen. Perdió en Navarro, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, Suipacha y Carmen de Areco. A excepción de esta última localidad, quedó en tercer lugar, detrás de las fuerzas radicales.[47]

La intervención provincial ordenada por Frondizi y la anulación de las elecciones luego de su derrocamiento frustrarían el triunfo obtenido en las urnas. No obstante, la convocatoria a un nuevo proceso electoral para el 7 de julio de 1963, provocaría que el peronismo tuviera que adaptarse rápidamente al marco legal que, en principio, limitaba su participación. La formación del Frente Nacional y Popular, una alianza con diferentes partidos para presentar candidatos peronistas en las categorías permitidas terminaría en un nuevo fracaso cuando los militares prohibieran finalmente cualquier tipo de participación del peronismo (Gaggero y Gervini, 2015, pp. 166-171). El voto en blanco fue nuevamente la herramienta elegida para expresar la protesta. En Mercedes obtuvo el 21,04% pero sumando la inusual cantidad de sufragios anulados alcanzó el 27,56 %. El desempeño fue similar al de las elecciones de 1960, evidencia de que los dirigentes peronistas mantenían su legitimidad y lograban convencer a un cuarto del electorado de no optar por otro partido pese a la proscripción.

El triunfo electoral de 1965 y el ingreso al Concejo Deliberante

Luego del fracaso del Operativo Retorno en diciembre de 1964[48], el peronismo comenzó con la organización interna del Partido Justicialista, para cumplir con las disposiciones del Estatuto de los Partidos Políticos. El consejo del distrito Mercedes, que presidía Iriart, convocó a una reunión el 17 de enero de 1965 para confeccionar la lista de candidatos que debían presentarse antes del 23.[49] Sin embargo, el PJ se enfrentó a un nuevo veto por parte de la justicia. Por lo tanto, en el ámbito bonaerense se tomó la decisión de participar bajo el nombre de Unión Popular, al igual que en Capital Federal, San Juan y Chaco. En Mercedes, ese partido no poseía militantes propios. Pese a la posibilidad cierta de que extendieran la proscripción a la nueva sigla, los peronistas mercedinos comenzaron la campaña.[50] El 5 de febrero quedó inaugurada, aclarando en un diario local que el Partido Justicialista iría a los comicios del 14 de marzo con la sigla de Unión Popular, descartando la idea de frente electoral.[51] En la misma nota se anunciaba a los candidatos: Amer Iriart se postularía a diputado provincial y Julio César Gioscio encabezaría la lista de concejales.

El 14 de marzo votaron 24.810 personas en Mercedes. El triunfo fue para Unión Popular, que obtuvo el 36,56 % de los votos, seguida por la UCRP con 33,67 %. En tercer lugar, con el 4,85 % de los sufragios, quedó el conservador Partido Republicano Argentino.

El peronismo en el Concejo Deliberante, una minoría testimonial

Las elecciones no alteraron el predominio de la UCRP en el Concejo Deliberante de Mercedes. El oficialismo mantuvo nueve concejales sobre dieciocho miembros. El peronismo obtuvo cinco bancas. Los cuatro bloques restantes, todos unipersonales, pertenecían a los partidos UCRI, UDELPA, Socialista Argentino y Demócrata Cristiano.[52] Pese a ser la segunda fuerza en el concejo, no lograron obtener ningún cargo en la sesión de apertura realizada el 28 de abril. Frente a la mayoría propia del oficialismo, los peronistas asumieron un rol testimonial dentro del cuerpo, utilizando las sesiones como tribuna para expresar sus ideas y asumir posturas en hechos de política nacional e internacional, como la invasión estadounidense a la República Dominicana.[53] También intervinieron en conflictos laborales a nivel local, como el que involucró a los trabajadores de la fábrica Hisisa Argentina S.A.I.C.I.F.[54]

La relación entre el bloque de Unión Popular y el de la UCRP empezaría a deteriorarse en el mes de octubre. El día 8 se realizó una sesión en la que Gioscio pidió la palabra para realizar un homenaje a los hechos ocurridos el 17 de octubre de 1945. Cuando comenzó su discurso, los ediles del radicalismo del pueblo se retiraron de sus bancas, incluyendo al presidente del cuerpo, Ricardo Salomone y al secretario. Se convocó a la fuerza pública para que obligase a los concejales oficialistas a retornar, pero el intento fracasó. La sesión, penúltima del año, tuvo que continuar sin quórum.

En la sesión del 25 de noviembre, la discusión sobre un problema entre el Sindicato de Trabajadores Municipales y el Secretario de Gobierno finalizó en escándalo. El sindicato quiso realizar en horario laboral un homenaje a tres trabajadores asesinados en Morón el 21 de octubre, durante la jornada de paro activo convocada por la CGT.[55] El Secretario de Gobierno se los impidió, lo que motivó la queja enviada al concejo por los trabajadores. El pedido de informe al Departamento Ejecutivo fue presentado por el edil del socialismo argentino, apoyado por el bloque de Unión Popular y por el concejal demócrata cristiano. El bloque de la UCRP y el representante de UDELPA se opusieron, argumentando que debían informarse mejor en el primer caso y que el acto no tenía que llevarse a cabo en horario laboral en el segundo. Pero lo que encendió los ánimos fue la intervención del concejal José Furnus, radical del pueblo, poniendo en duda que los asesinatos fueran obra de la policía. Los concejales Valenzuela y Gioscio reaccionaron y comenzaron a increpar a Furnus a los gritos, mientras el presidente Salomone intentaba sin éxito llamarlos al orden. El bloque oficialista se levantó para retirarse, hecho que enfureció aún más a Gioscio, quién les arrojó primero un cenicero de gran tamaño y luego su micrófono.[56]

La lealtad a Perón y el enfrentamiento con el vandorismo

El vandorismo no tenía representantes locales de importancia. Durante el gobierno peronista, la CGT poseía cierta influencia para designar cargos en la municipalidad y en los tribunales que no era proporcional a la inserción real de los sindicatos en la sociedad mercedina. En el período analizado, el vandorismo ejerció gran influencia sobre la estructura política del peronismo, sin embargo, en Mercedes la CGT no poseía poder alguno para imponerle condiciones a los políticos. Pese a ello, un grupo de militantes sin actuación previa realizaron el intento de disputar el control partidario para alinearlo con el sector de Vandor. El 9 de abril de 1966 se realizó una reunión del justicialismo bonaerense en la que participaron solo dirigentes leales a Perón. Allí se decidió la intervención de la Junta Provincial partidaria y la designación de una Junta Interventora, en la cual Gioscio sería el secretario de organización (Marcilese, 2017, p. 33). El 23 de junio, enviaron un comunicado a los medios afirmando que la Junta Provincial estaba intervenida y que el consejo de distrito era la única autoridad legítima.[57] Dos días más tarde, aparecieron dos comunicados que se atribuían al Partido Justicialista. Uno estaba firmado por Juan Beltrán, Emma Elena Dolores Cha de Tessore y Ramón Palacios. En él se convocaba a elecciones internas a nivel local para el día siguiente, domingo 26 y se afirmaba que el consejo de distrito estaba intervenido. El segundo lo firmaba Iriart, refutando el llamado a elecciones y ridiculizándolo por haberse convocado con nula anticipación. El texto transparentaba la situación y acusaba directamente a Vandor de la maniobra, haciendo explícita la división al interior del peronismo y tomando partido por Perón y su esposa.[58] Más allá del mal planificado intento por disputar la organización y el nombre del partido, la legitimidad del grupo representado por Iriart no estaba en peligro. La construcción política que llevaron adelante desde 1956 era lo suficientemente sólida una década después.

Consideraciones finales

El conocimiento de la sociedad local y los lazos tejidos durante la década previa fueron de gran ayuda para los peronistas frente al embate de los primeros años. Las denuncias contra funcionarios y políticos peronistas locales fueron generadas mayoritariamente por comisiones investigadoras que funcionaban en otras ciudades, indicio de que el revanchismo entre vecinos fue moderado. La convivencia en una comunidad donde el número de habitantes no favorecía el anonimato que existe en las grandes urbes generó lazos de tolerancia y respeto más allá de las opciones políticas.

Durante los años de gobierno peronista, el proceso de selección de los políticos que ocuparon lugares en las listas giró en torno a las estructuras formales del Partido Peronista y la CGT local. En cambio, el grupo que llevó adelante la "vida partidaria" del peronismo luego de septiembre de 1955 se construyó a partir de ex funcionarios municipales, vinculados a través de su profesión de abogados y de lazos familiares en algunos casos. Ángel Siri fue el único dirigente importante de la etapa previa que intervino activamente, utilizando a su diario Mercedes para expresarse. Este grupo se inclinó por actuar dentro del marco legal, utilizando todas las posibilidades que les otorgara. La incorporación de Gioscio como candidato a intendente para las elecciones de 1962 es evidencia de su adaptación a una coyuntura que les exigía ampliar sus posibilidades de obtener apoyo en una contienda que se presentaba muy reñida. Pese a que las elecciones fueron anuladas, el grupo se consolidó y su candidato obtuvo el respaldo que necesitaba para encabezar nuevamente la lista en 1965. Sin descuidar lo que sucedía con los alineamientos del peronismo a nivel nacional, mantuvieron una activa militancia en su localidad.[59] La forma de construcción política fue atravesada por las circunstancias que debieron enfrentar, la composición profesional del grupo dirigencial, el entorno social de su ciudad y el respeto y la tolerancia de los otros sectores políticos. En 1965, al ingresar en minoría al Concejo Deliberante, la convivencia con la bancada mayoritaria fue empeorando a medida que avanzaron los meses. El bloqueo de los proyectos de Unión Popular por parte de los ediles de la UCRP generó un clima de frustración y resentimiento que terminó en un escándalo. Pero eso no definía la forma de hacer política de este grupo.

Como argumentamos al inicio de este trabajo, buscamos aportar a la comprensión de la supervivencia del peronismo y su capacidad de adaptación a través de la historia local. Antúnez (2015, p. 118) sostiene que los años de la proscripción dejaron un gran vacío organizativo en el peronismo. Nuestra investigación sugiere lo contrario, en Mercedes encontramos un núcleo de dirigentes y militantes que sostuvieron la "vida partidaria" pese a todo y contribuyeron a que el peronismo fuera un "poder político en situación de espera". Eso los llevó a tomar decisiones que estuvieron lejos de poder encasillarse en determinado prototipo de “conducta peronista”. Por supuesto, su elección política funcionaba como brújula, pero no determinaba sus opciones. Este estudio no recorre todas las formas de participación de los peronistas mercedinos durante el período analizado. Pero creemos que es necesario investigar cómo se desarrolló la construcción política a nivel local, para aportar a la comprensión de la supervivencia de una identidad impedida de participar en el sistema electoral, más allá del carisma de su líder.

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[1] Este artículo es una reelaboración de una ponencia presentada en las XVIII Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia, realizadas en la Universidad Nacional de Santiago del Estero entre el 10 y el 13 de mayo de 2022. Agradezco los comentarios de los dos evaluadores anónimos.

[2] El autor limita el concepto a dos dimensiones. La primera es la utilizada por Ángelo Panebianco (1990), para quien la institucionalización se concreta cuando la organización se convierte en un fin en sí mismo, y no ya en un instrumento funcional a otros objetivos externos. La segunda es la que sostiene Steven Levitsky (2005), la institucionalización como un proceso por el cual la organización se vuelve valiosa en sí misma para sus miembros, como “infusión de valores”, y como un proceso de rutinización mediante el cual ciertos patrones específicos de conducta y reglas de juego se enraízan en la organización partidaria hasta regular su funcionamiento y ser aceptados por sus integrantes.

[3] Entendemos a la defensa en juicio como una forma de resistencia. Compartimos con Gorza (2017, pp. 96-99) que la reorganización partidaria también lo fue.

[4] Mercedes se encuentra ubicada a 100 km de la ciudad de Buenos Aires. En 1955, había tres líneas de ferrocarril que pasaban por allí.

[5] La materialidad editorial remite al periódico en tanto "artefacto material", su análisis permite acceder al lector implícito imaginado por el editor. Al respecto ver Ehrlich (2012, p. 165).

[6] Molle (s.f., p. 17), y “Sobre una detención”, La Hora, 29 de julio de 1956.

[7] El decreto prohibía la utilización de imágenes, símbolos, representaciones, etc. que hicieran alusión al peronismo. Asimismo, incluía una lista de vocablos proscritos, la prohibición de cantar la Marcha Peronista y de nombrar a Juan Domingo Perón o a Eva Duarte.

[8] Archivo Histórico Judicial de Mercedes (AHJM), Legajo 314, sumario 32285, juzgado 1.

[9] AHJM, Legajo 1687, causa 28264, juzgado 3. Amer Agar Ambrosio Iriart fue asesor letrado de la municipalidad de Mercedes durante las administraciones peronistas. César Alberto Albistur Villegas fue intendente del partido de Morón entre 1948 y 1955.

[10] La causa contra Albistur Villegas era por malversación de fondos públicos, se lo acusaba de haber utilizado dinero del municipio para comprar flores y enviarlas al velatorio de Eva Perón.

[11] Ver la referencia que hace Perón en carta a Cooke del 21 de marzo de 1957 en Duhalde (Comp. 2014, p. 57).

[12] Para un análisis profundo de estas elecciones y su contexto, véase Melón Pirro (2009).

[13] El propietario del diario Mercedes era Ángel Siri, uno de los fundadores del Partido Laborista local. Fue electo senador a la legislatura provincial, revalidando el cargo en dos oportunidades como candidato del Partido Peronista. El diario Nueva Era pertenecía a Juan Carlos Zamudio, diputado nacional por el peronismo entre 1948 y 1952.   

[14] La UCR se había dividido en Unión Cívica Radical del Pueblo y Unión Cívica Radical Intransigente a comienzos del año 1957. La UCRP era liderada por Ricardo Balbín y la UCRI por Arturo Frondizi.

[15] Los datos de las elecciones de 1954 están en Molle (2001, p. 42). Los de 1957 se encuentran en “El Resultado de Mercedes, Mesa por Mesa”, La Hora, 11 de agosto de 1957.

[16] David Valerga (h), entrevistado por Leandro Gervini, Mercedes, 15 de septiembre de 2016.

[17] “Se organiza un frente nacional en favor de la candidatura de Frondizi”, El Oeste, 6 de febrero de 1958.

[18] “Rincón político”, El Oeste, 9 de febrero de 1958.

[19] Héctor Espina, “Julio Gioscio”, Protagonistas, 13 de diciembre de 1999. En octubre de 1945 fue acusado de lesiones leves y agresión con arma en perjuicio de Conrado Storani, futuro dirigente radical, cuando ambos eran estudiantes en Córdoba. Legajo 2, causa 20761/72, foja 41, AHJM.

[20] “Resultados Oficiales de las Elecciones en Mercedes”, El Oeste, 6 de marzo de 1958.

[21] El diario volvió a editarse en enero de 1958.

[22] “Partido Justicialista de Mercedes. Elección de autoridades”, Nueva Era, 18 de mayo de 1959. Pocas veces se utilizó en la prensa local el nombre de Centro de Acción Justicialista, sino que se hacía referencia al Partido Justicialista.

[23] “Movimiento Político”, Nueva Era, 21 de mayo de 1959.

[24] “Centro Acción Justicialista. Su constitución en Mercedes”, Nueva Era, 22 de mayo de 1959. José María Epifanio Sosa Molina fue un general de división del ejército que ocupó el mando del II Ejército de los Andes con sede en San Luis en 1955 y estuvo encargado de la represión en septiembre de ese año en la provincia de Córdoba. Era hermano del ministro de Defensa de Perón, Humberto Sosa Molina. Ambos se radicaron en Mercedes luego de 1955.

[25] “Pdo. Justicialista”, Nueva Era, 26 de mayo de 1959.

[26] Félix Picardi (comerciante) y Raúl Regueiro (empleado municipal) fueron concejales entre 1954 y 1955. Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Centro de Documentación y Archivo (CDA), Fondo Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), Mesa A, Factor político, Legajo 1. David Blas Valerga fue concejal en la ciudad de Chacabuco entre 1952 y 1954. David Valerga (h), entrevistado por Leandro Gervini, Mercedes, 15 de septiembre de 2016.

[27] “Pdo. Justicialista. Rama Femenina”, Nueva Era, 27 de mayo de 1959.

[28] CPM, CDA, Fondo DIPPBA, Mesa A, Factor político, Legajo 2.

[29] “Pdo. Justicialista”, Nueva Era, 5 de junio de 1959.

[30] “Partido Justicialista de Mercedes. Acto de divulgación partidaria en el cuartel sexto”, Nueva Era, 29 de junio de 1959. El barrio, conocido popularmente como “Pampa Chica”, se encuentra a la vera del río Luján y era afectado crónicamente por inundaciones. Celina De Filippis de Santana era la presidenta del Centro Justicialista femenino.

[31] “Partido Justicialista”, Nueva Era, 30 de septiembre de 1959.

[32] Boletín Oficial de la República Argentina, Primera Sección, Decreto 13462, 28 de octubre de 1959.

[33] “No es permitido un acto justicialista”, El Oeste, 5 de marzo de 1960.

[34] “El R. del Pueblo celebró con entusiasmo el triunfo local”, El Oeste, 29 de marzo de 1960.

[35] “El Partido Justicialista emitió un comunicado”, El Oeste, 1° de abril de 1960.

[36] El Plan de Conmoción Interna del Estado (CONINTES) era una normativa represiva expresada en clave antisubversiva, contenida en el decreto (S) 9880/1958 y en los decretos 2628/1960 y 2639/1960. Fue puesto en marcha de manera secreta el 14 de noviembre de 1958 y luego pública el 13 de marzo de 1960; situación que se mantuvo hasta el 1 de agosto de 1961 cuando fue reemplazado por la ley 15.293.

[37] AHJM, legajo 484, sumario 34348, juzgado civil y comercial 2.

[38] “No quiere más combinaciones el peronismo”, El Oeste, 14 de octubre de 1961.

[39] Amer Iriart estaba casado con María Ida (Mary) Longarini, activa militante y posteriormente secretaria de bienestar social de Mercedes. Tuvieron dos hijos, Nora y Amer Francisco, apodado “Curro”, quien fue secuestrado por un grupo de tareas en la ciudad de Buenos Aires, el 4 de junio de 1977, y continúa desaparecido.

[40] CPM, CDA, Fondo DIPPBA, Mesa A, Factor político, Carpeta 1287, Legajo 1.

[41] Nora Iriart, entrevistada por Leandro Gervini, ciudad de Buenos Aires, 18 de octubre de 2016.

[42] Así figura en la ficha policial correspondiente al Colegio de Médicos, del cual era delegado suplente. CPM, CDA, Fondo DIPPBA, Mesa “De”, Factor social, Legajo 98.

[43] Fue elegido concejal en 1965, en el resto de las elecciones se postuló para el cargo de intendente. En todas las ocasiones superó en votos al candidato a gobernador de su partido.

[44] Además de trabajar en el Hospital Blas Dubarry, Gioscio fue uno de los socios fundadores de la Clínica Cruz Azul.

[45] Marcelo Bustos Berrondo, “Una figura trascendente del siglo”, El Oeste, 28 de julio de 2004. “Julio Gioscio fue recordado al cumplirse el octogésimo quinto aniversario de su natalicio”, El Oeste, 24 de marzo de 2005. “Julio Gioscio marcó a fuego la vida democrática de la ciudad de Mercedes”, Nuevo Cronista, 26 de julio de 2004. Es llamativo el contraste con uno de sus hermanos mayores, Manlio Gioscio, también médico, fallecido a los 51 años en abril de 1955. La prensa de la época lo recuerda como una persona altruista de carácter agradable, términos que nunca utilizaron para Julio César.

[46] Expresión utilizada por Federico Durruty en el almuerzo del 22 de octubre de 1961 mencionado ut supra.

[47] “Resultados del comicio”, El Oeste, 20 de marzo de 1962.

[48] Ese fue el nombre que se le otorgó al fallido intento de Perón por retornar al país desde su exilio en Madrid.

[49] “Política. Partido Justicialista”, El Oeste, 15 de enero de 1965.

[50] El temor se fundaba en que la Unión Popular tenía una disputa pendiente en la justicia entre dos sectores que reclamaban el nombre. Finalmente, la Cámara Nacional Electoral le otorgó la razón a la línea de Carlos Bramuglia y Rodolfo Tecera del Franco, que habían pactado con Perón. “En el peronismo unos desean ir a comicios y otros la abstención”, El Oeste, 14 de febrero de 1965.

[51] “Hoy inaugura su campaña electoral la U. Popular”, El Oeste, 5 de febrero de 1965.

[52] “Quedará limitado a seis bloques el C. Deliberante”, El Oeste, 21 de marzo de 1965. La Unión del Pueblo Argentino (UDELPA) fue un partido fundado en 1962 por el teniente general y expresidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.

[53] Archivo del Honorable Concejo Deliberante de Mercedes (AHCDM), acta 13, folio 98, 11 de mayo de 1965. El 28 de abril de 1965 el cuerpo de marines del ejército de los Estados Unidos entró en Santo Domingo, República Dominicana. Posteriormente, se le unieron tropas de algunos países de la Organización de los Estados Americanos. La ocupación se extendió hasta septiembre de 1966.

[54]AHCDM, acta 18, folio 146, 7 de julio de 1965. Hisisa era una fábrica de hilado de fibra que se instaló en Mercedes en 1957 y funcionó hasta 1968, cuando las instalaciones fueron adquiridas por la multinacional de origen estadounidense DuPont, que utilizaba el nombre de Ducilo.

[55] Los trabajadores asesinados eran José Gabriel Mussi, Ángel Norberto Retamar y Néstor Méndez. Los dos primeros eran metalúrgicos peronistas y el último bancario y militante comunista. Los responsables del crimen eran policías de la Brigada Güemes, la misma que reprimió a los obreros de Hisisa en Mercedes.

[56] “Debido a un incidente, no finalizó su sesión anoche el H. Concejo Deliberante”, El Oeste, 26 de noviembre de 1965. AHCDM, Acta 32, folios 236 a 238, 25 de noviembre de 1965.

[57] “Partido Justicialista. Comunicado”, El Orden, 23 de junio de 1966.

[58] “Partido Justicialista. Comunicado”, El Orden, 25 de junio de 1966.

[59] Amer Iriart no ocupó cargos electivos en su ciudad. Sin embargo, su casa era un punto de referencia para los sectores populares, que conocían su generosidad y la de su esposa para brindar ayuda. Nora Iriart, entrevistada por Leandro Gervini, ciudad de Buenos Aires, 18 de octubre de 2016. Gioscio también hizo referencia a esto en un reportaje del año 1999. Héctor Espina, “Julio Gioscio”, Protagonistas, 13 de diciembre de 1999.