Marta Fernández
Peña. Ciudadanos, electores,
representantes. Discursos de inclusión y exclusión políticas en Perú y Ecuador
(1860-1870). Valencia: Universitat de València, 2020. 428 pp.
Por Ana Laura Lanteri
Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Centro de Estudios Históricos, Instituto de
Humanidades y Ciencias Sociales-Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata,
Argentina
PolHis, Revista Bibliográfica Del
Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 14, N° 27, pp. 257-259
Enero- Junio de 2021
ISSN 1853-7723
Marta Fernández Peña nos propone un
recorrido minucioso sobre la conformación de los sistemas políticos de Perú y
Ecuador en la década de 1860 sobre el trasfondo del liberalismo en tanto cultura política. La
obra -que deriva de su Tesis Doctoral distinguida por la Asociación de Historia
Contemporánea- se integra con originalidad en la agenda investigativa
iberoamericana sobre la ciudadanía y la representación así como, en particular,
acerca del protagonismo de los ámbitos parlamentarios. En este sentido, la
autora focaliza en perspectivas fecundas pero poco transitadas para estos dos
países: la historia cultural de la política y las historias comparada y
transnacional.
El interrogante central refiere a la
manera en que los conceptos de ciudadanía y representación fueron
(re)construidos por las elites políticas e intelectuales en función de diversos
criterios de inclusión y exclusión; al tiempo que las elecciones completan la
tríada en estudio, ya que operaban como el elemento de articulación entre
ambos. De manera que adquieren centralidad los discursos y las representaciones
que sustentaron las deliberaciones y las leyes parlamentarias.
La organización de la obra en tres
partes resulta operativa, porque los argumentos van entramándose en diversas
temáticas y escalas. En la primera parte se ofrece una contextualización de
Perú y Ecuador a mediados del siglo XIX, que justifica el recorte analítico. Se
ponen en relieve los elementos que admiten su comparación, como el integrar el
espacio andino y compartir modos socioculturales y, en especial, las peculiares
transformaciones territoriales, sociales, políticas y económicas que ritmaron
el devenir de los sistemas representativos durante la década de 1860. El
encuadre se completa con un abordaje de la fisonomía y la labor del Parlamento,
desde aspectos como la composición de las asambleas constituyentes, la
reglamentación del funcionamiento interno y las constituciones y leyes
electorales en tanto textos cardinales para los contornos de la ciudadanía y la
representación.
La segunda parte alude a los
principales objetivos y, por ende, es la más extensa. El par de principios
políticos opuestos inclusión-exclusión es interpelado por Fernández Peña a
partir de una serie de nudos teóricos: seis capítulos atienden respectivamente
a la representación (en tanto mecanismo legitimador), la libertad, la igualdad,
la elección, la distinción de los parlamentarios y los excluidos de la
ciudadanía. Sobre este sustrato se exploran entonces los discursos e
imaginarios que definieron los requisitos clasificatorios de los individuos en
el juego político, considerando las retroalimentaciones del liberalismo a la
luz de las realidades de Perú y Ecuador. En este punto, se destacan tanto las
similitudes como las significativas variantes entre ambos países y se las
relaciona además con otros casos americanos y europeos.
Aunque son muchas las
contribuciones, la autora misma apunta la singularidad de Ecuador que, por
ejemplo, estipuló en 1861 un modelo de sufragio directo y secreto mientras que
años más tarde restringió la ciudadanía al requerir profesar el catolicismo, a
contrapelo con el contexto iberoamericano. Por lo que brinda detalles sobre
este país que al momento no habían merecido mucha atención (pp. 389-390). Otra cuestión saliente es la
caracterización de los marginados por no cumplir con las condiciones de arraigo
territorial, independencia y capacidad y sus tácticas para influir en política
(p. 328). Junto a ello, la obra constituye una cantera para proyectar otros
estudios comparados sobre líneas de actual interés historiográfico relativas al
poder legislativo en el siglo XIX, como las sensibilidades políticas de los
parlamentarios, las interacciones con el poder ejecutivo, la incompatibilidad
con otras funciones y la participación de la sociedad en las barras de los
recintos o mediante el recurso a la prensa, por citar algunas.
Finalmente, la tercera parte ahonda
la dimensión transnacional, ya que posa la lente en las transferencias y
circulaciones culturales e ideológicas en el espacio atlántico. Se repasan los
conflictos internacionales vinculados a asuntos territoriales que involucraron
a Perú y Ecuador y el influjo de referencias de Europa y América -con mayor
frecuencia a Chile y Estados Unidos- en la retórica y en los modelos representativos
de los parlamentarios.
En definitiva, el lector encontrará
un sugerente examen de las experiencias de Perú y Ecuador en la década de 1860
que se desplaza en múltiples niveles y sentidos que aportan a la historia del
liberalismo. Como concluye la autora, en efecto, dicha reconstrucción también
abona a la singularización del liberalismo latinoamericano decimonónico,
mientras que ofrece claves reflexivas para el debate público contemporáneo.