Hernán Camarero y Diego Ceruso, Comunismo y
clase obrera hasta los orígenes del peronismo, Grupo Editor Universitario,
Buenos Aires, 2020, 128 pp.
Por Ezequiel
Patricio Murmis
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio
Ravignani”
CONICET / Universidad de Buenos Aires
Buenos Aires, Argentina
PolHis, Revista Bibliográfica Del
Programa Interuniversitario De Historia Política,
Año 13, N° 26, pp. 460-462
Junio-Diciembre de 2020
ISSN 1853-7723
La publicación de un nuevo libro de
la colección La Argentina Peronista
reúne, de modo sintético y accesible, las principales tesis desarrolladas por
Hernán Camarero y Diego Ceruso durante largos años, referidas a la experiencia
histórica de las izquierdas y la clase trabajadora en la primera mitad del
siglo XX argentino. Se trata de un trabajo en clave de difusión, centrado en el
análisis del proceso de ascenso y ocaso de la influencia del Partido Comunista
en la clase trabajadora, cuyo recorte se ubica entre el nacimiento de la
organización y los orígenes del peronismo.
El abordaje se realiza desde una
triple dimensión que incluye, por un lado, elementos endógenos basados en los
rasgos del comunismo como corriente político-sindical, susceptible de ser estudiada
a partir de la combinación de distintos factores relacionados como el programa
partidario, las estrategias globales, diversas tácticas y formas de
organización e intervención militante; por otro, un análisis del intento del
partido por promover una “cultura obrera” diferenciada de la “popular”; y,
finalmente, la incorporación de elementos exógenos, fundamentalmente la
irrupción del peronismo, ya que la construcción de su hegemonía en la clase
trabajadora a partir de mecanismos de represión y adhesión significó el
desmoronamiento del poder comunista construido durante décadas en el movimiento
obrero.
El recorrido que realizan los
autores está ordenado cronológicamente, cubriendo el período que se inicia a
mediados de la década de 1910 y se cierra con las elecciones de 1946, enfocando
sus capítulos en función de determinados procesos históricos, abarcando los
orígenes del Partido Comunista, la influencia de la revolución rusa, la
adopción de las prácticas organizativas emanadas de Moscú, la construcción del
poder dirigente ligado a la burocracia soviética, los sentidos de la “cultura
obrera”, la aplicación de las estrategias de frente único, clase contra
clase y frente popular, las
características de la organización en los lugares de trabajo, la conflictividad
social, su participación en la CGT, el lugar de las mujeres en el partido y las
primeras interpretaciones ante el peronismo emergente.
Este libro ofrece una forma amena de
conocer el resultado de años de trabajo de los autores en sus líneas de investigación,
publicados en numerosos libros y artículos. Pero, a la vez, propone un enfoque
novedoso que busca pensar qué revela el surgimiento del peronismo sobre la
experiencia previa del comunismo, sobre todo en lo relativo a los lazos entre
el programa, las estrategias y su práctica político-sindical. Desde esa mirada,
los autores buscan mostrar que la irrupción del movimiento articulado en torno
a Juan D. Perón expuso las limitaciones previas del comunismo, que venía
sufriendo los efectos de la estalinización, de la estrategia clasista del
“tercer período” y de la orientación unitaria del frente popular.
El Partido Comunista fue
protagonista de la historia del movimiento obrero pre-1945 a partir de la
implantación de células de empresa y agrupaciones gremiales, logrando la
incorporación de miles de militantes que actuaron como impulsores de grandes
movilizaciones y constructores de la organización de la clase trabajadora
especialmente industrial. Su creciente presencia en el mundo obrero a partir de
1925 le permitió conquistar la dirección de importantes sindicatos a nivel
local y nacional aunque, según la visión de los autores, la adaptación acrítica
a las políticas, principios organizativos y postulados teóricos provenientes de
la Unión Soviética durante el afianzamiento del estalinismo operó como una
encerrona que condujo al naufragio del partido con la llegada del peronismo. En
definitiva, el ocaso del comunismo en el movimiento obrero no se explica
exclusivamente por los aspectos represivos de la política laboral de Perón en
los primeros ’40 sino a partir de los problemas de su propio programa adoptado
en 1928, el cual definía la necesidad de realizar una “revolución
democrático-burguesa, agraria y antiimperialista” que permitiera desarrollar el
capitalismo hasta entonces deformado por el imperialismo, los resabios
semifeudales y la estructura latifundista. A partir de allí, el futuro certero
socialista entró en un terreno indefinido en detrimento del desarrollo del
capitalismo. Esta orientación programática se conjugó en 1935 con la estrategia
de frente popular que condujo al
partido a entablar acuerdos con diversas fuerzas obreras “reformistas” y
encontrar aliados con sectores progresistas de la burguesía desligada de los
grandes capitales.
De este modo, los autores invitan a
presentar el 1945/6 como el reflejo del alejamiento del camino de la revolución
socialista del comunismo vernáculo, como la expresión de la renuncia a la
disputa del poder anunciada tiempo antes y capitalizada por Perón, que forjó su
movimiento entablando un sólido vínculo con el movimiento obrero a espaldas de
unos de sus principales representantes.